Bielorrusia, país de Europa del Este con una población de 9,3 millones de habitantes[1]limita con Polonia, Lituania, Letonia, Rusia y Ucrania. Bielorrusia ha conservado la mayoría de las características del modelo de sistema sanitario soviético de Semashko, basado en los principios de financiación pública y acceso universal a la asistencia sanitaria. Los servicios sanitarios se prestan gratuitamente en el punto de atención a través de instalaciones, en su mayoría de propiedad estatal, y están organizados jerárquica y geográficamente.[2].
Los amplios derechos de los bielorrusos a la asistencia sanitaria están garantizados por la Constitución, que define el sistema sanitario como universal[2].
Bielorrusia es un país de renta media-alta y ha gastado alrededor del 5-6% del PIB en sanidad desde 2005, alcanzando el 6,4% en 2020[1]. El sistema sanitario se financia principalmente a través de los impuestos generales, y la mayor parte de los ingresos se recaudan a nivel local. La mayoría de los impuestos se recaudan de las empresas públicas y no de las cotizaciones salariales[2]. El gasto sanitario corriente per cápita se ha duplicado, pasando de 589 Int$ en 2005 a 1286 Int$ en 2020. Esta cifra es un 30% superior a la media de 984 dólares internacionales en 2020 en la Comunidad de Estados Independientes (CEI). El firme compromiso de Belarús con la cobertura sanitaria universal hace que su población tenga uno de los gastos de bolsillo más bajos de toda la CEI: un 25% en 2020. La media de la CEI sigue siendo el doble, el 50%, para el mismo período[1].
Los pagos directos se suelen utilizar para comprar productos farmacéuticos, atención dental y algunos servicios privados[2].
Los pagos directos se suelen utilizar para comprar productos farmacéuticos, atención dental y algunos servicios privados[2].
Vía de reforma: cambios graduales previsibles
El gobierno central establece las prioridades sanitarias nacionales, mientras que las administraciones regionales y de distrito supervisan la estructura y aplican la financiación de la atención primaria y secundaria a nivel local. El Ministerio de Sanidad es el máximo responsable del sistema, incluida la formulación de políticas, y financia directamente los servicios terciarios. Se han hecho esfuerzos para capacitar a las administraciones sanitarias locales, transfiriendo algunas funciones del Ministerio de Sanidad. La privatización de los centros sanitarios y la delegación de funciones reguladoras a organismos no estatales fueron moderadas[2]. En 2023 el 64% (3.450 de 5.407) de los centros sanitarios son públicos y el 36% privados[3].
Bielorrusia aplicó nuevas políticas con cambios graduales en lugar de reformas radicales. En algunas zonas se introdujo la financiación capitativa, y se han realizado esfuerzos constantes para reforzar la atención primaria[2].
En el periodo 2021-2025, el país está implantando gradualmente la financiación de pago por resultados para la atención ambulatoria dentro de unos límites presupuestarios por habitante y la financiación por grupos relacionados con el diagnóstico (GRD) para la atención hospitalaria, con el fin de lograr una financiación sanitaria más eficiente.[4].
Un reciente proyecto de modernización del sistema sanitario, financiado por el Banco Mundial y destinado, entre otros objetivos, a crear una plataforma central de software de sanidad electrónica, se ejecutó parcialmente y fue suspendido por la entidad crediticia[5].
Los próximos pasos del Ministerio de Sanidad incluyen la introducción de la acreditación nacional de las organizaciones sanitarias y el desarrollo de servicios de sanidad electrónica[4].
En el periodo 2021-2025, el país está implantando gradualmente la financiación de pago por resultados para la atención ambulatoria dentro de unos límites presupuestarios por habitante y la financiación por grupos relacionados con el diagnóstico (GRD) para la atención hospitalaria, con el fin de lograr una financiación sanitaria más eficiente.[4].
Un reciente proyecto de modernización del sistema sanitario, financiado por el Banco Mundial y destinado, entre otros objetivos, a crear una plataforma central de software de sanidad electrónica, se ejecutó parcialmente y fue suspendido por la entidad crediticia[5].
Los próximos pasos del Ministerio de Sanidad incluyen la introducción de la acreditación nacional de las organizaciones sanitarias y el desarrollo de servicios de sanidad electrónica[4].