A lo largo de los años, India ha logrado mejoras significativas en los indicadores de resultados sanitarios. La esperanza de vida al nacer aumentó hasta los 69,6 años en 2020, frente a los 47,7 años previstos en 1970. La tasa de mortalidad materna descendió de 301 a 130 entre 2003 y 2014-2016, mientras que la tasa de mortalidad infantil descendió de 68 en el año 2000 a 24 en 2016. Sin embargo, los avances son desiguales en los distintos estados, y los cambios demográficos y epidemiológicos muestran que el país se enfrenta a una doble carga de enfermedades y al envejecimiento de la población.
El mecanismo mixto de prestación de asistencia sanitaria de la India es a la vez una fuente de fortaleza y una debilidad de su sistema sanitario. La prestación de servicios sanitarios curativos personales corre a cargo predominantemente de proveedores privados, mientras que el gobierno cubre una gran parte de la prevención, promoción y educación sanitarias. Sin embargo, este mecanismo mixto de prestación de asistencia sanitaria dominado por los proveedores privados ha contribuido significativamente al aumento de los costes de tratamiento médico de los hogares. El gasto de bolsillo de los hogares en servicios sanitarios es relativamente elevado, y representa el 48% del gasto sanitario corriente (GCS),[1] y una gran parte se destina a medicamentos. Esto afecta negativamente al rendimiento general del sistema sanitario y a la financiación de la sanidad. Como resultado, la carga económica de los hogares sigue empujando a más de 55 millones de personas a la pobreza cada año, y más del 17% de los hogares indios incurren anualmente en niveles catastróficos de gastos sanitarios.[2]
Compromiso de India con la cobertura sanitaria universal y reformas adaptadas
El camino hacia la Cobertura Sanitaria Universal (CSU) en la India es complejo, marcado por los retos de una población numerosa, una gobernanza fragmentada y unas estructuras sanitarias arraigadas. Los responsables políticos han realizado importantes esfuerzos para reforzar la infraestructura sanitaria, lo que ha dado lugar a una mejora de los resultados sanitarios. Sin embargo, estos esfuerzos deben intensificarse para diseñar y aplicar eficazmente programas de cobertura sanitaria universal que den cabida a una población en rápido crecimiento. Un enfoque holístico es crucial para abordar estos retos y garantizar el éxito de las iniciativas de UHC en el futuro.