Kiribati es un país insular del Pacífico de renta media-baja con una población estimada de 119.940 habitantes.. El aumento de los ingresos públicos en los últimos años ha propiciado un fuerte crecimiento de la renta nacional bruta per cápita. Sin embargo, los indicadores de desarrollo humano siguen siendo relativamente bajos. El gasto sanitario anual en Kiribati aumentó un 7% en el periodo 2008-2018, mientras que el gasto per cápita ha disminuido. Es probable que el impacto del COVID-19 haya puesto en peligro algunos de los avances sanitarios conseguidos en los últimos años.
Un sistema sanitario históricamente configurado y financiado con fondos públicos
Aparte de algunos gastos menores de bolsillo, los servicios sanitarios en Kiribati son gratuitos en el punto de atención. La mayor parte de los servicios de salud en Kiribati se financian con fuentes nacionales (77% por ciento en 2018), y se estima que el 20% de la financiación proviene de fuentes externas.
Con el tiempo, los servicios sanitarios financiados y prestados con fondos públicos mejoraron la salud de la población de Kiribati. La esperanza media de vida al nacer ha pasado de 60 años en 1990 a 66 años en 2015. También ha disminuido la incidencia de enfermedades transmisibles como la diarrea y las infecciones de las vías respiratorias. En 2015, la tasa de mortalidad materna fue de 90 por cada 100.000 nacimientos, y las tasas de mortalidad infantil y de menores de 5 años fueron de 44 y 56 por cada 1.000 nacidos vivos, respectivamente. Sin embargo, los altos niveles de mortalidad neonatal y malnutrición son preocupaciones centrales. También hay problemas sanitarios relacionados con la prevalencia de enfermedades transmisibles, como la tuberculosis (TB) y los casos de lepra, que figuran entre los más altos del Pacífico. La carga de las enfermedades no transmisibles (ENT) también sigue siendo importante.
Prioridades de la política sanitaria del Gobierno
El Ministerio de Sanidad y Servicios Médicos de Kiribati (MHMS) se encarga de supervisar la política sanitaria y prestar servicios de atención sanitaria, gestionar la formación y el desarrollo del personal sanitario, así como de ejecutar las funciones estatutarias y reglamentarias. El recientemente propuesto Plan Estratégico Nacional de Salud (PENS, 2020-2023) pretende “mejorar la salud de la población y la equidad sanitaria mediante la mejora continua de la calidad y la capacidad de respuesta de los servicios sanitarios, y haciendo el uso más eficaz y eficiente posible de los recursos disponibles”.
Estos objetivos incluyen dar prioridad a la mortalidad y morbilidad relacionadas con las ENT; la salud materna e infantil; las enfermedades transmisibles, incluidas la tuberculosis, la lepra y otras enfermedades emergentes; así como otros retos para el sistema sanitario.