Samoa es un país insular de renta media-baja situado en el Océano Pacífico Sur, con una población de unas 215.000 personas en 2020. El estado de salud general de los samoanos ha mejorado en las últimas décadas. La esperanza de vida en Samoa pasó de 65 años en 1990 a 70,5 años en 2019.
El aumento del gasto público en sanidad sigue dependiendo de la financiación exterior
Samoa ha experimentado un aumento general de la financiación sanitaria en la última década, impulsado por el incremento del gasto público en salud. Samoa gasta actualmente el 5% de su PIB en sanidad. El gasto público en sanidad representa el 72%, el gasto de bolsillo, el 11%, y la financiación externa, el 15% del gasto sanitario corriente.
Samoa se enfrenta a una doble carga de morbilidad
A pesar de los indicadores sanitarios positivos, Samoa se enfrenta a una doble carga de morbilidad con el aumento de las enfermedades no transmisibles (ENT), al tiempo que sigue padeciendo altas tasas de mala salud y muerte causadas por enfermedades infecciosas y parasitarias. El aumento de los costes asociados al tratamiento de las ENT supone una carga adicional para el sistema sanitario y la sociedad en general.
La Estrategia Sanitaria del Gobierno reconoce las ENT
El principal obstáculo para la cobertura sanitaria universal en Samoa es la escasez de personal sanitario, distribuido de forma desigual, con los médicos concentrados en los dos hospitales principales. El actual sistema de prestación de servicios de Samoa está muy centrado en los hospitales y pasa por alto la atención primaria. Estas condiciones provocan hacinamiento en los principales hospitales. Además, el país carece de una gestión sistemática de las enfermedades no transmisibles.