Han pasado más de 20 años desde que Uganda abolió las tasas de usuario para mejorar el acceso a los servicios sanitarios y reducir la carga financiera que supone acceder a la asistencia. Sin embargo, los gastos directos de los hogares siguen siendo muy elevados y representan el 42% del gasto sanitario total. A pesar de ello, el país aún no ha implantado un sistema de prepago mancomunado a escala nacional, lo que expone a los hogares vulnerables a un mayor riesgo de incurrir en gastos sanitarios catastróficos.
En este artículo, los autores analizan la experiencia ugandesa en materia de reformas de la financiación sanitaria, con especial atención a la protección financiera, que es uno de los pilares fundamentales de la Cobertura Sanitaria Universal (CSU). Los autores llevaron a cabo un estudio cualitativo mediante una revisión documental de los documentos pertinentes y un total de 60 entrevistas a informadores clave de las partes interesadas del sector sanitario. Los resultados del estudio muestran que la situación política aún no era propicia para implantar un sistema de cobertura sanitaria universal con protección financiera generalizada: los intereses y las ideologías dominantes no crearon un incentivo neto para implantar un sistema global con este fin. El panorama de la financiación sanitaria seguía estando muy fragmentado, y las iniciativas comunitarias para mejorar la cobertura sanitaria no contaban con el apoyo de una dirección gubernamental clara.
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