La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto las profundas vulnerabilidades de los sistemas de atención primaria de salud (APS) en toda América Latina y el Caribe (ALC). La fragilidad de las infraestructuras, la limitación de los recursos y la escasez de personal pusieron en peligro a millones de personas al interrumpirse servicios esenciales como la inmunización, la atención materna y la gestión de las enfermedades crónicas. Aunque la región sólo representa el 8% de la población mundial, sufrió casi el 30% de todas las muertes por COVID-19, lo que subraya la urgente necesidad de sistemas de APS resistentes y equitativos, capaces de soportar futuras conmociones y salvaguardar la salud de la población.
En The Lancet Regional Health – Americas, un estudio de Tharindi Wickramaarachchi, Rachel Riera, Mauricio L. Barreto, Felipe J. Heusser, Sebastián García-Saisó y Zulma Ortiz presenta un modelo exhaustivo que cuantifica los posibles costes sanitarios y económicos de la inacción en el fortalecimiento de la resiliencia de la APS en 33 países de ALC. Sus conclusiones estiman que las futuras interrupciones de los servicios podrían costar hasta 37.000 millones de dólares, lo que convierte la inversión sostenida en APS en un imperativo económico y de salud pública.
