El interés de Malaui por el seguro social de enfermedad se remonta a 2011 como medio para reducir la dependencia de los donantes y aumentar la movilización de recursos nacionales para la sanidad. En mayo de 2015, el Ministerio de Sanidad de Malaui se puso en contacto con uno de sus socios externos para realizar una evaluación de la idoneidad y viabilidad del Seguro Nacional de Salud (SNS) frente a dos opciones alternativas: continuar con un SNS financiado por impuestos (y donantes), e introducir una división comprador-proveedor sin función de recaudación de ingresos. Los resultados del estudio del que se informa en este documento indican que la introducción de un NHI en Malawi aumentaría los ingresos para la sanidad, pero éstos procederían predominantemente del sector formal y sería poco probable que cubrieran el déficit de financiación del sector sanitario. Además, el funcionamiento de los mecanismos existentes de identificación y selección de los pobres no estaba a la altura de los requisitos de un NHI. Se constató que los incentivos para afiliarse al SNI eran insuficientes para alcanzar la escala necesaria, a menos que se introdujeran tarifas por los servicios, lo que afectaría negativamente a la equidad y a la protección del riesgo financiero.
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