La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado su Informe Mundial sobre los Determinantes Sociales de la Equidad en Salud, que arroja nueva luz sobre las causas profundamente arraigadas de las desigualdades sanitarias en todo el mundo. Estas desigualdades, a menudo determinadas por factores como la desigualdad de ingresos, la educación, la vivienda y la discriminación sistémica, son responsables de acortar considerablemente la esperanza de vida con buena salud, hasta 33 años en algunos casos. El informe subraya que las condiciones sociales y económicas suelen tener más peso que los factores genéticos o el acceso a la asistencia sanitaria a la hora de determinar los resultados sanitarios.
Este nuevo informe se basa en las conclusiones históricas de la Comisión de la OMS de 2008, y ofrece nuevos datos y recomendaciones políticas urgentes para abordar las crecientes disparidades. Destaca cómo la mortalidad materna e infantil, la esperanza de vida y el acceso a los servicios sanitarios básicos están fuertemente influidos por la posición social de una persona y las injusticias a las que se enfrenta. Las comunidades indígenas, las mujeres de grupos marginados y quienes viven en regiones afectadas por conflictos o vulnerables al clima se encuentran entre los más afectados.
La OMS subraya que sólo es posible un progreso significativo mediante una acción coordinada e intersectorial. Abordando la desigualdad de ingresos, la discriminación estructural y los efectos del cambio climático, e invirtiendo en protección social y servicios públicos, los países pueden reducir las muertes evitables y promover resultados sanitarios equitativos para todos.