El camino de México hacia la cobertura universal de salud (CUS) refleja tanto un progreso notable como una fragilidad persistente. En su estudio publicado en BMC Health Research Policy and Systems, titulado “Health insurance coverage in Mexico: progress, inequalities and remaining challenges towards UHC2030”, Edson Serván-Mori, Diego Cerecero-García, Sergio Meneses-Navarro, Thomas Hone, Alejandro Mohar-Betancourt y Octavio Gómez-Dantés ofrecen un análisis integral de la trayectoria del aseguramiento en salud en México entre 2000 y 2023. Basándose en dos décadas de datos nacionales, los autores documentan cómo el programa Seguro Popular amplió el acceso a millones de personas —especialmente entre grupos indígenas, rurales y de bajos ingresos— antes de que la cobertura disminuyera drásticamente tras su desmantelamiento y la creación del INSABI.
Sus conclusiones revelan cómo la inestabilidad institucional, las reformas desiguales y la erosión de la confianza pública han agravado las desigualdades e invertido los logros anteriores. Los autores concluyen que la cobertura sanitaria universal no puede sostenerse sin instituciones fuertes, legitimidad social y consenso político. La experiencia de México sirve de advertencia y lección para otros países de renta baja y media: el progreso hacia la CSU debe anclarse en la resiliencia, la equidad y el compromiso a largo plazo.

