Puntos clave
El sistema sanitario de Uzbekistán proporciona actualmente un conjunto básico de servicios sanitarios financiados con fondos públicos, pero no cubre todos los servicios o medicamentos esenciales. El Ministerio de Sanidad supervisa la organización y gestión de los servicios sanitarios, en su mayoría públicos, que son nominalmente gratuitos pero se enfrentan a dificultades debido al bajo gasto público y a los elevados gastos de bolsillo, que afectan sobre todo a los hogares más pobres. Aunque los bienes médicos impulsan principalmente el gasto sanitario, las reformas recientes desde 2018 se centran en descentralizar la atención, mejorar los servicios de atención primaria e introducir la digitalización. La capacidad de los hospitales ha aumentado, pero se sigue haciendo hincapié en reforzar la atención primaria mediante un enfoque basado en el trabajo en equipo. A pesar del lento crecimiento del personal sanitario, cuestiones como la distribución desigual y los bajos salarios siguen planteando problemas, junto con las continuas preocupaciones sobre la migración. La esperanza de vida ha mejorado en dos décadas, aunque la pandemia de COVID-19 causó un ligero descenso, y las tasas de mortalidad infantil y materna han experimentado reducciones. Las elevadas tasas de vacunación infantil sistemática ponen de relieve los éxitos preventivos, pero la persistencia de enfermedades transmisibles como la tuberculosis multirresistente y una importante carga de enfermedades no transmisibles, especialmente cardiovasculares, siguen siendo retos críticos para la salud pública.