La protección financiera en Albania es débil en comparación con muchos otros países europeos. El gasto sanitario catastrófico se concentra en gran medida en los hogares más pobres y está impulsado en gran medida por los pagos directos de medicamentos ambulatorios. Los niveles de necesidad insatisfecha de atención sanitaria y dental también son elevados. Los pagos informales y los bajos niveles de gasto público en sanidad aumentan la exposición de las personas a los pagos de bolsillo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado recientemente un exhaustivo informe titulado “¿Puede la gente permitirse pagar la asistencia sanitaria? Evidence on financial protection in Albania?”, que arroja luz sobre las dificultades económicas a las que se enfrentan millones de personas debido a los pagos directos por la asistencia sanitaria en Albania. El estudio analizó microdatos de la encuesta sobre el presupuesto de los hogares albaneses realizada por el Instituto de Estadística de Albania en 2008-2009 y 2015. Se recogieron datos de 5.599 hogares de octubre de 2008 a septiembre de 2009 y de 6.532 hogares de enero a diciembre de 2015.
En 2015, el 12,5% de los hogares experimentaron pagos de bolsillo catastróficos, que afectaron desproporcionadamente a los hogares más pobres, a las personas mayores de 60 años y a las familias con hijos. Los medicamentos ambulatorios se identificaron como el principal motor del gasto catastrófico para todos los hogares, excepto para la quinta parte más rica de la población. Entre 2009 y 2015, los pagos directos aumentaron considerablemente, en gran parte debido al mayor gasto de los hogares en medicamentos ambulatorios.
En 2016, estos pagos representaron más del 50% del gasto sanitario total, lo que pone de manifiesto las limitaciones en el diseño de la cobertura sanitaria y la escasa inversión pública en el sistema sanitario. La cobertura sanitaria en Albania se proporciona a través del Fondo del Seguro Médico Obligatorio (MHIF), que vincula las prestaciones al pago de cotizaciones. Sin embargo, el MHIF sólo cubre a unos dos tercios de la población.
Las personas no aseguradas tienen derecho a prestaciones limitadas, como atención de urgencia gratuita (desde 2013), reconocimientos médicos básicos anuales (desde 2015) y visitas al médico de cabecera (desde 2017). Deben pagar de su bolsillo todos los demás servicios sanitarios, como medicamentos, diagnósticos y atención especializada no urgente. Los asegurados disfrutan de un paquete más completo, que cubre las visitas al médico de cabecera, las visitas ambulatorias a especialistas y la atención hospitalaria con derivación, aunque sigue habiendo lagunas, como la exclusión de la atención odontológica para adultos y los copagos por medicamentos, productos médicos y algunas pruebas diagnósticas. Los pagos informales, sobre todo por la atención hospitalaria, están muy extendidos e imponen una carga financiera a los hogares más pobres, aunque hay indicios de que han disminuido con el tiempo.
Para hacer frente a estos retos, la OMS propone varias recomendaciones políticas:
Cerrar la brecha de cobertura exige desvincular el derecho al MHIF del pago de las cotizaciones, sobre todo teniendo en cuenta el gran sector informal de Albania. Las dificultades económicas causadas por los costes de los medicamentos ambulatorios pueden reducirse eximiendo de copagos a los hogares con rentas bajas, introduciendo topes en los copagos en función de los ingresos, sustituyendo los copagos basados en porcentajes por otros fijos bajos, mejorando el proceso de selección de los medicamentos cubiertos y promoviendo alternativas más baratas. También son fundamentales los esfuerzos para controlar y reducir los pagos informales en los centros públicos. Por último, abordar estas cuestiones requiere una mayor inversión pública en el sistema sanitario. En 2016, Albania asignó el 9,5% de su presupuesto público a la sanidad, una cifra significativamente inferior a la media europea del 12,5% y a la media de la UE del 14,1%.