Los votantes suizos están a punto de decidir sobre una importante revisión del modelo de financiación de la asistencia sanitaria, cuyo objetivo es unificar los costes entre la asistencia hospitalaria y ambulatoria y mejorar la asequibilidad y la calidad de los servicios sanitarios. Con el apoyo de varios partidos políticos y organizaciones sanitarias, se espera que la reforma entre en vigor en 2028, con un ahorro potencial de hasta 509 millones de dólares anuales, al reducir los tratamientos innecesarios y mejorar la coordinación entre los proveedores de asistencia sanitaria.
Los votantes suizos se enfrentan actualmente a una decisión compleja en relación con una propuesta de revisión de la financiación de la asistencia sanitaria, una cuestión que ha visto rechazadas este año anteriores iniciativas destinadas a reducir los costes y bajar las primas. La propuesta de modificación de la ley de asistencia sanitaria, aceptada por el Parlamento en diciembre, es el resultado de un largo proceso que comenzó en 2009 y representa una importante revisión de la Ley Federal de Asistencia Sanitaria Obligatoria, introducida originalmente en 1996.
Actualmente, la financiación de la asistencia sanitaria en Suiza distingue entre asistencia hospitalaria y ambulatoria. La asistencia hospitalaria, definida como cualquier tratamiento hospitalario que requiera una estancia de una noche, hace que los contribuyentes cubran al menos el 55% de los costes mediante las cotizaciones de su cantón, y el resto de los costes se sufragan con el seguro obligatorio de enfermedad. Por el contrario, la asistencia ambulatoria, en la que los pacientes son tratados y dados de alta el mismo día, se financia íntegramente con las primas de asistencia sanitaria. Los costes de los cuidados de larga duración, aplicables a las residencias de ancianos o a los cuidados a domicilio, se reparten entre el seguro obligatorio, las cotizaciones de los pacientes fijadas a nivel federal y el cantón.
La revisión del EFAS (Einheitliches Finanzierungsmodell der Gesundheitsversorgung) pretende unificar la distribución de los costes en todos los ámbitos cubiertos por el seguro básico de enfermedad. Según este nuevo esquema, los cantones cubrirían un mínimo del 26,9% de los costes netos (tras la contribución del paciente), mientras que las primas del seguro de enfermedad supondrían un máximo del 73,1%. Está previsto que los cambios propuestos empiecen a aplicarse en 2028, con ajustes para los cuidados de larga duración a partir de 2032, centrándose en pagos basados en tarifas que abarquen todos los costes.
Esta revisión de la Ley de Asistencia Sanitaria Obligatoria pretende reajustar las responsabilidades financieras entre los cantones y las compañías de seguros cuando se trata de tratamientos hospitalarios. Los partidarios creen que una mejor coordinación entre los proveedores de asistencia sanitaria mejorará tanto la calidad de la atención como la asequibilidad para los pacientes. La revisión también aborda las ineficiencias del sistema actual, como la necesidad de estancias hospitalarias tras una intervención quirúrgica -a menudo consideradas innecesarias- y los costes desproporcionados que soportan los pacientes que optan por la asistencia ambulatoria, ya que las compañías de seguros suelen cubrir la totalidad de los gastos ambulatorios.
Además, la reforma pretende reducir la carga financiera de los asegurados. El aumento de la asistencia ambulatoria en los últimos años ha transferido los costes de los procedimientos hospitalarios íntegramente a las primas obligatorias del seguro de enfermedad, en lugar de repartirlos de forma más equitativa en todo el sistema. Una estimación de la Oficina Federal de Salud Pública sugiere que estos cambios podrían suponer un ahorro de hasta 509 millones de dólares anuales gracias a una mejor coordinación y a la reducción de tratamientos innecesarios.
La ley propuesta cuenta con un amplio apoyo de diversos sectores, como el gobierno, múltiples partidos políticos y una gran mayoría de organizaciones sanitarias. Sus defensores argumentan que una mayor coordinación entre los agentes sanitarios beneficiará significativamente la atención a los pacientes. Sostienen que un enfoque más sistemático garantizará que los pacientes reciban los tratamientos adecuados, lo que permitirá su recuperación en casa y, en última instancia, supondrá un ahorro de costes tanto para los asegurados como para el sistema sanitario.
Entre las organizaciones clave que respaldan la enmienda figuran el grupo nacional de asistencia y cuidados a domicilio Spitex, la federación de hospitales H+ y la federación suiza de médicos FMH, entre otras. Defienden colectivamente que promover la asistencia ambulatoria no sólo mejorará la recuperación y reducirá los costes para los pacientes, sino que también mejorará las condiciones de trabajo de los profesionales sanitarios. Se espera que la regularización de los turnos en el sector ambulatorio haga más atractivos los puestos de trabajo en el sector sanitario, aliviando así algunas de las cargas a las que se enfrenta la mano de obra.
Quienes se oponen a la reforma expresan su preocupación por cómo estos cambios podrían afectar a la prestación de asistencia sanitaria, sobre todo en las zonas rurales, donde el acceso a los servicios ambulatorios puede ser limitado. Los críticos sostienen que, aunque la intención es mejorar la eficiencia y reducir los costes, podría haber consecuencias imprevistas que no beneficien directamente a los pacientes ni a los profesionales sanitarios de las regiones desatendidas.
La propuesta de revisión de la estructura de financiación de la asistencia sanitaria marca un momento crucial en la política sanitaria suiza, cuyo objetivo es abordar las ineficiencias existentes, equilibrando al mismo tiempo las contribuciones de los cantones, las compañías de seguros y los pacientes individuales. Mientras el electorado suizo se prepara para votar esta propuesta, el debate refleja preocupaciones más amplias sobre la sostenibilidad y la calidad de los servicios sanitarios. Si se aprueba, la revisión del EFAS podría sentar un precedente para futuras reformas sanitarias, navegando por las complejidades de la responsabilidad financiera, la calidad de la asistencia y el acceso a los tratamientos necesarios en el panorama sanitario suizo.
El resultado de esta votación influirá probablemente en la orientación de la política sanitaria de Suiza en los próximos años, poniendo de relieve la necesidad de un diálogo y una adaptación continuos en un sistema tan complejo como esencial para el bienestar de la población. A medida que evolucionen los debates sobre la asistencia sanitaria, las respuestas de los votantes y las partes interesadas determinarán el futuro de la financiación y la prestación de la asistencia sanitaria, lo que en última instancia repercutirá en la vida de millones de personas que dependen de estos servicios.