Los estragos que causó el COVID-19 en Bangladesh son típicos del efecto que tuvo en los países del sur de Asia en general, en el sentido de que puso de manifiesto la aguda falta de inversión -financiera, infraestructural y en términos de recursos humanos- en el sistema sanitario público. Teniendo en cuenta la demografía y la proporción comparativamente alta de personas que dependen de los servicios sanitarios públicos, el enorme agujero en la calidad y cantidad de dichos servicios en Bangladesh es alarmante.
Presupuesto fiscal aprobado a mediados de 2020 por el Parlamento de Bangladesh para el año fiscal 21, aunque muestra un aumento de 292.500 millones de BDT (3.400 millones de dólares) a 257.300 millones de BDT (3.000 millones de dólares) en el sector de la salud, esto es sólo nominal (13,7%) y de ninguna manera suficiente para la gran mayoría de la población desfavorecida.
La asignación al sector sanitario asciende al 5,14% del presupuesto total del año fiscal 21 y es inferior al 1% del PIB. Este bajo gasto sanitario no es un fenómeno nuevo”.
En este escenario, el gasto de bolsillo en servicios médicos se sitúa en el 67% en los hogares de renta media. El gasto sanitario de Bangladesh es significativamente inferior a la media de los países del sur de Asia y de los países de renta media-baja (PRMB).
Bangladesh también recibe ayuda de organismos internacionales de desarrollo como el Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo (BAD), que compensan en parte el déficit presupuestario. El año pasado, el El Banco Mundial y el Banco Asiático de Desarrollo han firmado acuerdos de
100 millones de dólares
cada uno para reforzar los sistemas gubernamentales de respuesta a COVID-19. Por supuesto, esto no es suficiente, pero sin ello la asignación propuesta para sanidad sería del 4,8% del presupuesto, lo que representaría un aumento de la asignación de sólo 18.700 millones de BDT (200 millones de dólares) o el 7% en comparación con el presupuesto original para el año fiscal 2020.
Recomendaciones
- Es necesaria una mayor asignación presupuestaria para hacer frente a algunas de las carencias críticas de recursos humanos formados (tanto médicos como de gestión), equipos médicos y suministros.
- Una gestión eficaz de las finanzas públicas (PFM) en el sector sanitario ayudará a resolver los problemas de retraso en la disponibilidad de fondos, contratación y retención de recursos humanos, retraso en la adquisición de medicamentos y suministros médicos, y falta de provisión para asignar fondos operativos a nivel de centro –Informe del Banco Mundial.
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Créditos de las imágenes: Mufid Majnun/Unsplash
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