La cobertura sanitaria universal es un objetivo crucial para la India y cuenta con el apoyo de las iniciativas Ayushman Bharat para mejorar la atención primaria y el seguro médico. A pesar de los avances, siguen existiendo importantes obstáculos que hacen que se renuncie a la atención sanitaria, sobre todo entre las poblaciones vulnerables.
La cobertura sanitaria universal (CSU) es un objetivo clave de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas, con la meta de que todos los Estados miembros, incluida India, la alcancen para 2030. India se comprometió con la cobertura sanitaria universal en su Política Sanitaria Nacional de 2017. Aunque muchas naciones se enfrentan a dificultades para alcanzar este objetivo, las iniciativas Ayushman Bharat de India pretenden racionalizar el sistema sanitario mediante la mejora de la atención primaria, los planes de seguro médico financiados con fondos públicos, la mejora de la infraestructura asistencial y un sólido marco de salud digital que impulsa la eficiencia y la integración de los servicios sanitarios.
Dos parámetros clave ayudan a evaluar el progreso hacia la cobertura sanitaria universal: la protección financiera y la cobertura de servicios. La protección financiera se evalúa mediante indicadores como los gastos generales de bolsillo (GOPE), los gastos sanitarios catastróficos y el empobrecimiento relacionado con la atención sanitaria, que suele producirse cuando los gastos médicos provocan la pérdida de salarios por enfermedad o discapacidad. La mayor parte del OOPE se atribuye a gastos ambulatorios, sobre todo en medicamentos y diagnósticos, mientras que los gastos catastróficos suelen derivarse de acontecimientos médicos graves. La cobertura de servicios se mide mediante un índice de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que engloba 14 indicadores de áreas sanitarias, como la salud materna, las enfermedades infecciosas y las enfermedades no transmisibles (ENT). Es crucial evaluar la cobertura de los servicios porque un acceso inadecuado a los servicios sanitarios puede dar lugar a una OOPE infradeclarada; cuando los servicios no están disponibles o se consideran demasiado caros, las personas pueden renunciar a la atención necesaria.
La atención olvidada es especialmente frecuente entre las poblaciones más pobres, con menos formación y rurales, así como en los estados con sistemas sanitarios débiles. Los datos de la Encuesta Nacional de Salud Familiar (2015-16) pusieron de manifiesto tasas significativas de abandono de servicios esenciales, como la atención prenatal y el tratamiento de enfermedades infantiles comunes. Entre los factores que influyen en la atención no prestada se encuentran la pobreza, las condiciones de vida rural y los bajos niveles de educación materna, y los estados que invierten menos en atención sanitaria registran tasas más elevadas de servicios no recibidos. Las enfermedades crónicas, como las ENT, contribuyen significativamente a la atención no prestada, principalmente debido a los elevados costes asociados a la medicación a largo plazo y a las pruebas diagnósticas periódicas.
Además, los episodios médicos agudos suelen exigir tratamientos y estancias hospitalarias costosos, que los programas de seguros públicos pueden no cubrir totalmente, lo que disuade a las familias con bajos ingresos de buscar la atención necesaria debido a las posibles cargas económicas. La falta de sistemas eficaces de derivación y la garantía de una atención terciaria gratuita agravan aún más la renuncia a la asistencia, incluso cuando las personas reconocen sus necesidades sanitarias. Los programas piloto de Tamil Nadu para la prevención de las ENT demostraron que una atención primaria eficiente podía gestionar afecciones como la hipertensión, pero tenía dificultades con los cánceres debido a la insuficiencia de redes de derivación y a la falta de opciones de tratamiento gratuito. Los problemas de salud mental representan otro ámbito de atención olvidada, derivado de los bajos índices de detección, el estigma social y la escasez de profesionales formados capaces de proporcionar una atención empática. En particular, los niños y adolescentes suelen estar desatendidos en la disponibilidad de servicios de salud mental, especialmente en medio de los crecientes niveles de estrés relacionados con las exigencias académicas y sociales.
En resumen, aunque India ha avanzado en su compromiso con la cobertura sanitaria universal, siguen existiendo importantes obstáculos, como la protección financiera, la accesibilidad de los servicios y el estigma social que rodea a determinadas enfermedades, que dificultan la consecución de este objetivo para 2030. Abordar estos retos es esencial para garantizar que todas las personas puedan recibir la atención que necesitan.