La OMS y la comunidad mundial deben integrar el cambio climático en las prioridades sanitarias, desarrollar sistemas sanitarios resistentes al clima y movilizar una financiación sostenible para hacer frente a las importantes deficiencias y proteger a las poblaciones vulnerables.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) identificó el cambio climático como la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad hace tres años, y la urgencia no ha hecho más que aumentar. La próxima Asamblea Mundial de la Salud puede convertir la retórica sobre la salud relacionada con el clima en acción adoptando una resolución sobre el reto clima-salud y aprobando el próximo programa de trabajo mundial de la OMS, que eleva el cambio climático a la categoría de problema sanitario crítico y esboza directrices para los estados miembros. Los sistemas sanitarios actuales carecen en gran medida de preparación para los impactos climáticos, como demuestra una encuesta de la OMS de 2021 que revela que sólo una minoría de países ha evaluado la resiliencia climática de sus instalaciones sanitarias o integrado los datos climáticos en la vigilancia sanitaria.
Los recientes compromisos mundiales, como el Acuerdo de París y las declaraciones del G20 y la COP28, subrayan la necesidad de una acción concertada sobre los riesgos para la salud relacionados con el clima. El decimocuarto programa general de trabajo (PGW14) de la OMS orientará las prioridades estratégicas y la asignación presupuestaria, centrándose en la creación de sistemas sanitarios resistentes al clima. Sin embargo, abordar los importantes déficits de financiación sigue siendo un reto. La comunidad mundial se queda corta en la dotación de recursos para la adaptación al clima, especialmente para las comunidades vulnerables. Para movilizar los fondos necesarios, son esenciales estrategias de financiación innovadoras, como los canjes de deuda por salud y las asociaciones público-privadas. La OMS y sus Estados miembros deben colaborar para integrar los objetivos de salud climática en la ayuda al desarrollo y crear sistemas sanitarios resistentes en medio de las crisis mundiales convergentes.