Una nutrición adecuada es algo más que el acceso a los alimentos: es un determinante social fundamental de la salud que influye en los logros educativos, la productividad económica y el bienestar general. Sin embargo, convertir los compromisos mundiales en materia de nutrición en resultados reales sigue siendo un reto complejo. Un blog reciente del Banco Mundial destaca los presupuestos sensibles a la nutrición como un enfoque poderoso para cerrar esta brecha.
A medida que se acerca la Cumbre sobre la Nutrición para el Crecimiento (N4G), el Banco Mundial pide sistemas de gestión de las finanzas públicas más sólidos e intersectoriales que den prioridad a la nutrición. Los sistemas presupuestarios tradicionales, a menudo limitados a silos sectoriales específicos, no abordan la naturaleza multidimensional de la desnutrición. Los avances en materia de nutrición no sólo dependen de las intervenciones sanitarias, sino también de los avances en agua, saneamiento, agricultura, educación y protección social.
Los presupuestos sensibles a la nutrición integran los objetivos de nutrición en los presupuestos gubernamentales de todos los sectores. Esto significa apoyar intervenciones como la agricultura diversificada, la educación nutricional en las escuelas y programas de seguridad alimentaria más sólidos. El objetivo es garantizar esfuerzos coordinados y bien financiados que produzcan resultados tangibles.
Para apoyar este cambio, el Banco Mundial ha lanzado un curso gratuito en línea diseñado para responsables políticos, profesionales del desarrollo y actores de la sociedad civil. El curso enseña cómo alinear los planes nacionales con las prioridades presupuestarias, supervisar el gasto y utilizar los datos para orientar las decisiones. También promueve la coordinación interinstitucional y la rendición de cuentas.
Al integrar la nutrición en la planificación presupuestaria, los gobiernos pueden abordar mejor la desnutrición, reducir las disparidades sanitarias y apoyar el desarrollo a largo plazo. Los presupuestos sensibles a la nutrición no son sólo una cuestión de financiación, sino de transformación de los sistemas para construir sociedades más sanas y resistentes.