Malawi debe reforzar su sistema de protección social para combatir el cambio climático, la inestabilidad económica y la pobreza. Mediante el establecimiento de granjas gubernamentales, la mejora de la colaboración con las ONG y la garantía de una aplicación eficaz de las políticas, el país puede trabajar para alcanzar sus objetivos de resiliencia, desarrollo integrador y autosuficiencia económica de la Visión 2063.
Dado que Malawi se enfrenta a vulnerabilidades crecientes debidas al cambio climático, la inestabilidad económica y la pobreza persistente, se insta al gobierno a adoptar políticas integrales para mejorar su sistema de protección social. Este sistema es crucial no sólo como red de seguridad, sino también como herramienta para impulsar el desarrollo económico, mejorar la salud pública y promover la equidad social, contribuyendo en última instancia a la reducción de la pobreza. Extrayendo lecciones de los modelos que han tenido éxito en países como Israel y Ruanda, y alineándose con la Visión 2063 del país, Malawi puede trabajar hacia un futuro más resiliente e integrador.
El Monitor Económico de Malawi de julio de 2024 del Banco Mundial indica que, a pesar de los avances en las iniciativas de protección social, el sistema sigue careciendo de recursos suficientes, está fragmentado y depende excesivamente de la financiación externa, ya que más del 95% de los recursos proceden de donantes internacionales. Esta dependencia plantea retos sustanciales para la estabilidad y sostenibilidad del sistema. El informe subraya la necesidad de una mayor financiación nacional, una mejor coordinación, una gobernanza eficaz y una utilización estratégica de la tecnología para crear una red de seguridad sólida. Los malawianos aspiran a convertirse en “un país industrializado de renta media-alta inclusivamente rico y autosuficiente para 2063”, con el objetivo de satisfacer las necesidades de desarrollo principalmente con recursos nacionales. Conseguirlo requiere fuertes conexiones entre los sectores manufacturero, agrícola y minero, lo que exige un esfuerzo colectivo para garantizar que el progreso se mantiene ininterrumpido.
Las recomendaciones para el gobierno de Malawi hacen hincapié en la mejora del sistema de protección social mediante varias estrategias. Una propuesta significativa es la creación de granjas estatales y cooperativas agrícolas. Mediante la creación de granjas estatales que produzcan productos básicos esenciales, el gobierno puede emplear a muchos ciudadanos desempleados, sobre todo jóvenes profesionales, reduciendo así el desempleo y mejorando al mismo tiempo la productividad agrícola. Los exitosos modelos de agricultura cooperativa de Israel y Ruanda ilustran que la participación del gobierno puede conducir a un aumento de la producción agrícola y a una mejora de la seguridad alimentaria. Además, la integración de las cooperativas agrícolas en la economía de Malawi permitiría a los agricultores negociar mejores precios, acceder a mercados más amplios y adoptar técnicas agrícolas avanzadas. Formar a licenciados universitarios en prácticas modernas y facilitarles la gestión de cooperativas optimizaría la mano de obra cualificada del país, fomentando una producción agrícola de calidad tanto para el consumo local como para la exportación.
Reforzar el papel de las ONG es otro aspecto vital para mejorar el sistema de protección social. Una relación de mayor colaboración entre el gobierno y las ONG ayudaría a abordar las cuestiones fundamentales con mayor eficacia. En lugar de poner en marcha programas aislados, las ONG deberían colaborar con el gobierno para utilizar la investigación de los licenciados universitarios para desarrollar soluciones específicas. El modelo del Banco Grameen de Bangladesh, que empodera a las mujeres mediante la microfinanciación, es un ejemplo de cómo las intervenciones específicas pueden elevar a las comunidades. Iniciativas similares en Malawi podrían proporcionar recursos financieros cruciales a las comunidades marginadas.
Por último, la aplicación y evaluación eficaces de las políticas son esenciales para el progreso. Los esfuerzos realizados en el pasado, como el Programa de Insumos Agrícolas (AIP), se han enfrentado a problemas debidos a una gestión deficiente y a una formación inadecuada. Aprender de estas experiencias es crucial para desarrollar un sistema de protección social cohesionado y eficaz en Malawi.