La nueva norma de copago, que entró en vigor el 20 de marzo en Tailandia, obliga a los asegurados a compartir una parte de los gastos médicos. Su objetivo es gestionar el aumento de los costes sanitarios y fomentar el consumo responsable.
La próxima norma de copago está llamada a cambiar significativamente el panorama de los seguros médicos en Tailandia, abordando retos como la escalada de los costes médicos, las difíciles condiciones económicas y los casos de reclamaciones excesivas. Este sistema, que entrará en vigor el 20 de marzo, obligará a los asegurados a compartir una parte de sus gastos médicos, a diferencia de los modelos de seguro tradicionales, que cubren todos los gastos dentro de los límites establecidos en la póliza. El catalizador de este cambio se deriva de las consecuencias de la pandemia de COVID-19, que ha provocado un aumento de los gastos sanitarios y un incremento de las reclamaciones excesivas por dolencias comunes.
La Asociación Tailandesa de Seguros de Vida (TLAA) anunció que la cláusula de copago se aplicará tanto a las nuevas pólizas como a las renovaciones. Aunque inicialmente sólo afecte a alrededor del 5% de los asegurados de salud, sus implicaciones podrían remodelar el sector. Con el nuevo sistema, el copago se activará en determinadas condiciones. Si los asegurados hacen tres reclamaciones relacionadas con enfermedades comunes -como dolores de cabeza, gripe, diarrea, inflamación muscular, problemas estomacales- que sumen el 200% de su prima anual, incurrirán en gastos de copago el año siguiente. Del mismo modo, si las reclamaciones por enfermedades generales ascienden al 400% de la prima anual, también se aplicará el copago. Quienes cumplan cualquiera de los dos criterios tendrán que hacer frente a un copago del 30% de todos los gastos médicos del año siguiente. Si se dan ambas condiciones, el copago aumenta al 50%. En particular, el copago no se aplica a las intervenciones quirúrgicas importantes ni a las enfermedades críticas.
Un estudio de Willis Towers Watson ha puesto de relieve la alarmante inflación médica de Tailandia, que es la más alta del mundo. Mientras que la tasa media de inflación en todo el mundo ronda el 10%, la inflación médica de Tailandia se ha disparado entre un 8 y un 15%. Este rápido aumento, impulsado por el envejecimiento de la población, los avances médicos y la creciente demanda de asistencia sanitaria, podría hacer insostenible el sistema sanitario. El copago pretende cambiar sutilmente el comportamiento de los consumidores, animando a los asegurados a gestionar mejor los gastos sanitarios.
La presidenta de TLAA, Nusara Banyatpiyaphod, subraya que la estructura de copago no es un mero mecanismo para compartir gastos, sino que sirve para fomentar un entorno sanitario más sostenible, alineando los intereses de aseguradoras, asegurados, reguladores y proveedores sanitarios. La introducción del sistema de copago plantea retos inmediatos, sobre todo en cuanto a cómo se adaptan los consumidores a los nuevos gastos de su bolsillo. Los primeros en adoptarlo podrían considerar negativamente el aumento de los gastos, lo que podría provocar dudas a la hora de suscribir nuevas pólizas o renovar las existentes. Esta reacción podría frenar el crecimiento general de las primas a corto plazo, como señaló el Sr. Wilson, de Allianz Ayudhya Assurance.
Sin embargo, los beneficios a largo plazo del sistema son importantes, ya que fomenta el consumo responsable de asistencia sanitaria, reduce los gastos médicos innecesarios y ayuda a mantener la asequibilidad de los seguros sanitarios privados. Al compartir los gastos médicos entre aseguradoras y asegurados, se espera que el marco de copago reduzca los gastos sanitarios generales, ya que los costes siguen aumentando.
InnovestX Securities sugiere que este modelo podría cambiar el comportamiento de los asegurados, disminuyendo los ingresos hospitalarios por enfermedades leves, ya que el copago influirá en las decisiones de buscar atención médica para afecciones no críticas. Inicialmente, esto podría provocar un descenso de las visitas ambulatorias, sobre todo a corto plazo, aunque el impacto global en los hospitales podría ser menor, dado que este segmento suele contribuir con una pequeña parte a los ingresos totales de los hospitales. Además, el copago podría dar lugar a primas de seguro más bajas en comparación con los planes de salud tradicionales, haciendo que los seguros de salud privados sean más asequibles y accesibles a largo plazo.
Esta reforma se alinea con las prácticas de otros países, como Singapur, donde un modelo de copago garantiza que los consumidores contribuyan con una parte de sus gastos sanitarios, promoviendo un uso responsable de la asistencia sanitaria. En resumen, aunque la norma del copago presenta obstáculos a corto plazo, sus perspectivas a largo plazo apuntan a alimentar un panorama asegurador más sano, que beneficie tanto a los consumidores como al sector asegurador, al fomentar prácticas sanitarias más concienciadas y gestionar eficazmente la inflación de los costes médicos.