Alemania acelera los recortes de la asistencia social, las pensiones y la sanidad para cubrir el gasto militar, agravando la pobreza de los trabajadores y los pensionistas al tiempo que perdona a los ricos. Los crecientes déficits alimentan las tensiones de clase, provocando llamamientos a la reorganización socialista.
Alemania está avanzando hacia profundos recortes en asistencia social, pensiones y sanidad, cambios de política ahora acelerados por el canciller Friedrich Merz, que indicó en su reciente conferencia de prensa veraniega que son necesarios cambios sustanciales antes de lo previsto. Anteriormente, la coalición gobernante de la CDU/CSU y el SPD había aplazado las decisiones sobre los recortes sociales a comisiones de expertos, centrándose en cambio en aumentar rápidamente el gasto militar. La intención era mitigar la resistencia pública aplazando los impopulares recortes sociales, una táctica que ya no es defendible según Merz.
La urgencia se debe a los crecientes déficits de los sistemas de seguridad social alemanes. Los seguros de enfermedad obligatorios vieron aumentar bruscamente su déficit de 1.900 millones de euros en 2023 a 6.200 millones de euros en 2024, y un déficit adicional de 4.500 millones de euros en el primer trimestre de 2025, con una estimación para finales de 2025 de hasta 27.000 millones de euros. Esto se debe al aumento de los costes sanitarios, que crecen un 6,8%, por encima de los ingresos, que sólo aumentan un 3,7% debido al estancamiento del crecimiento salarial. Para contrarrestar estas pérdidas, las aseguradoras han subido las cotizaciones complementarias de una media del 1,7% al 2,5% o más, diluyendo las ganancias salariales de los trabajadores.
Mientras tanto, el seguro de pensiones se enfrenta a su propia crisis. Tras varios años de superávit presupuestario, ahora se prevé que tenga un déficit de 2.000 millones de euros en 2024 y de 7.000 millones de euros este año, y que las reservas se agoten en 2027. El gobierno se niega a aumentar sus ya insuficientes subsidios para las “prestaciones no aseguradas”, y descarta más gasto social debido a un aumento previsto de la deuda estatal de 2,7 billones de euros a 3,7 billones de euros, en gran parte vinculada a los gastos militares.
Los pensionistas se ven especialmente afectados. A pesar de los aumentos nominales, las pensiones están cada vez más gravadas, camino de la plena imposición en 2040. Además, las deducciones por seguros de enfermedad y cuidados de larga duración, que han aumentado significativamente en las últimas décadas, erosionan los ingresos reales de las pensiones. Más de la mitad de los pensionistas -más de 10 millones de personas- reciben ahora menos de 1.100 euros al mes, por debajo del umbral de pobreza; una quinta parte de la población mayor de 65 años está en riesgo de pobreza.
También se pretende reducir las prestaciones sociales para la población en general. La prestación de ingresos de los ciudadanos, una red de seguridad para quienes tienen pocos o ningún ingreso, se degradará a un nivel más básico, con un recorte de 40.000 millones de euros en el presupuesto para 2024. Las soluciones propuestas incluyen planes como un “recargo de solidaridad de los baby boomers”, que haría que los pensionistas ligeramente más acomodados subvencionaran a los más pobres, pero no abordan las desigualdades causadas por los alemanes más ricos -249 multimillonarios y 1,6 millones de millonarios con 5,4 billones de euros en activos-, que pagan poco a los fondos de seguros.
Los medios de comunicación y los analistas económicos consideran inevitable el aumento de los conflictos sociales, con paralelismos históricos con las luchas de clases del siglo XIX. Crece el sentimiento de que las políticas actuales benefician a la minoría rica mientras trasladan las crisis a la mayoría trabajadora. El artículo concluye con un llamamiento a los trabajadores para que se organicen independientemente de los partidos y sindicatos tradicionales, abogando por una transformación socialista de la sociedad que dé prioridad a las necesidades sociales sobre el beneficio y el militarismo.