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El deficiente sistema sanitario de Libia empuja a los libios a emigrar - P4H Network

El deficiente sistema sanitario de Libia empuja a los libios a emigrar

La actual inestabilidad política de Libia ha devastado su sistema sanitario, obligando a las familias a embarcarse en peligrosos viajes a Europa en busca de tratamientos vitales no disponibles en su país. A pesar de las promesas esporádicas de las autoridades, los ciudadanos más vulnerables del país siguen sin encontrar soluciones duraderas y un acceso fiable a la asistencia esencial.

La actual crisis sanitaria de Libia ha llegado a simbolizar la inestabilidad general del país, especialmente a través de la historia de Sohan Aboulsoud, de siete años, que padece fibrosis quística. El desesperado viaje de su familia desde Libia a Italia en junio de 2025 -una peligrosa travesía ilegal por mar- pone de manifiesto la grave escasez de asistencia sanitaria en la nación devastada por la guerra y las medidas extremas que las familias se ven obligadas a tomar para la supervivencia de sus seres queridos.

El trastorno genético hereditario de Sohan, la fibrosis quística, requiere atención médica periódica y medicamentos específicos para mantener la calidad de vida y evitar complicaciones potencialmente mortales. Sin embargo, el sistema sanitario libio está paralizado, especialmente cuando se trata de enfermedades crónicas y raras. Tras agotar todas las opciones nacionales de ayuda, la madre de Sohan, Khawla Nail, publicó una foto de su hija exhausta en una embarcación de contrabandistas, que rápidamente cobró fuerza en las redes sociales y fue difundida por los medios de comunicación. La imagen despertó la indignación pública, lo que dio lugar a protestas en Trípoli de decenas de familias con hijos que también padecían fibrosis quística. Estas familias exigieron acceso urgente a los medicamentos y pidieron la creación de centros de diagnóstico en Libia, argumentando que la falta de tales servicios amenaza la vida de sus hijos.

Desde la caída de Muamar Gadafi en 2011, Libia ha vivido un caos político enquistado, que ha dividido el país en gobiernos enfrentados en el este y el oeste. El Gobierno de Unidad Nacional (GUN), respaldado por la ONU, tiene su sede en Trípoli, mientras que su rival, la Cámara de Representantes, controla el este desde Tobruk. La división política resultante y los conflictos intermitentes han paralizado los servicios públicos, especialmente la sanidad. No se construyen hospitales avanzados ni infraestructuras básicas, y los medicamentos esenciales suelen estar ausentes del mercado.

Un informe de 2021 de la Organización Mundial de la Salud reveló que en las regiones meridional y oriental de Libia, aproximadamente un tercio de las instalaciones sanitarias no funcionaban en absoluto, mientras que la mayoría de las demás lo hacían sólo parcialmente. Esta grave situación ha llevado a muchas familias como la de Sohan a buscar alternativas, a menudo con grandes gastos y riesgos personales.

Durante los últimos siete años, la familia de Sohan ha pagado pruebas de laboratorio en el vecino Túnez y ha comprado medicamentos en farmacias privadas. Incapaz de confiar en el sector sanitario público libio, Khawla presentó repetidamente expedientes médicos a las autoridades sanitarias libias, sólo para que le dijeran que no había presupuesto para el tratamiento. La difícil situación de la familia empeoró a medida que los gastos médicos se disparaban por encima de sus posibilidades, y la salud de Sohan se deterioraba.

Finalmente, en junio de 2025, la familia de Sohan tomó la angustiosa decisión de unirse a la peligrosa ruta migratoria hacia Italia, no por el deseo de emigrar, sino por necesidad médica. Embarcaron en un barco abarrotado con otras familias libias que se enfrentaban a dificultades similares. Por desgracia, muchos emigrantes de Libia y Túnez no sobreviven a la travesía del Mediterráneo. El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones calcula que más de 63.000 personas han muerto o desaparecido en esta ruta desde 2014, aunque es probable que la cifra real sea mucho mayor.

Tras llegar a la isla italiana de Lampedusa, la familia Aboulsoud se encontró en un refugio para migrantes que carecía de las condiciones adecuadas para la enfermedad crónica de Sohan, especialmente en lo relativo a la sensibilidad al calor. La foto viral del calvario de Sohan obligó al GNU libio a anunciar que financiaría su tratamiento en Italia. Sin embargo, más allá de un contacto inicial impulsado por la cobertura mediática, la familia de Sohan no ha recibido ningún apoyo concreto ni seguimiento por parte de las autoridades libias.

Este patrón de promesas vacías no es sorprendente, dicen los defensores libios de los derechos humanos. Tarik Lamloum, director de la organización Beladi, afirma que estas respuestas del gobierno a menudo tienen más por objeto aplacar las críticas de la opinión pública que proporcionar ayuda real. También advirtió de que la historia de Sohan podría inspirar a otras familias desesperadas a intentar el arriesgado viaje, creyendo que es su única oportunidad de recibir una asistencia sanitaria adecuada.

La historia de Sohan Aboulsoud es emblemática del colapso general de la asistencia sanitaria en Libia. Las familias con niños enfermos se enfrentan a obstáculos imposibles de superar: escasez de medicamentos, hospitales que funcionan mal, gastos abrumadores e indiferencia oficial. Aunque los líderes políticos ofrecen simpatía pública en momentos de clamor viral, una reforma sistémica significativa y un acceso fiable a la asistencia sanitaria siguen estando fuera del alcance de la mayoría de los libios. En lugar de alabar los actos de emigración desesperada, los observadores subrayan la responsabilidad del Estado de crear condiciones en las que niños como Sohan puedan recibir la atención que necesitan en casa. Mientras persista la crisis política y de seguridad de Libia, los más vulnerables de la nación seguirán sufriendo las consecuencias del maltrecho sistema sanitario de su país.

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