Zimbabue tiene previsto poner en marcha su Seguro Nacional de Salud (SNS) en junio de 2026 para ampliar la cobertura sanitaria universal, financiada mediante impuestos asignados. Con sólo el 13% cubierto por la asistencia médica, el NHI se dirigirá a la mayoría no asegurada, con el objetivo de reducir los gastos de bolsillo y reforzar la equidad en la asistencia sanitaria.
El Ministerio de Sanidad y Atención a la Infancia de Zimbabue ha renovado su impulso para la rápida puesta en marcha del tan esperado Seguro Nacional de Salud (SNS), cuyo lanzamiento está previsto para junio de 2026. El Ministro de Sanidad, Dr. Douglas Mombeshora, destacó el papel del sistema en el avance de la Cobertura Sanitaria Universal, al garantizar que todos los ciudadanos puedan acceder a los servicios sanitarios sin dificultades económicas. Con el NHI, los costes sanitarios -desde consultas y pruebas diagnósticas hasta tratamientos e incluso operaciones- estarían cubiertos, eliminando la necesidad de pagos de bolsillo. El modelo de financiación se basará en los impuestos existentes y en otros nuevos, como los gravámenes sobre el azúcar y el tiempo de emisión, que el gobierno pretende “reservar” específicamente para la sanidad, en lugar de destinarlos a los ingresos generales del Tesoro.
Actualmente, sólo alrededor del 13% de los zimbabuenses están cubiertos por planes privados de asistencia médica, y éstos se limitan en gran medida a los trabajadores del sector formal. El NHI propuesto pretende ampliar el acceso a la asistencia sanitaria a aproximadamente el 90% de la población que carece de seguro. El Dr. Mombeshora explicó que el proyecto de ley está muy avanzado, con la aprobación del Gabinete asegurada y la colaboración en curso con el Ministerio de Hacienda para ultimar los flujos de ingresos. El proyecto de ley se acerca ahora a su fase final ante el Parlamento.
Durante el congreso anual de la Asociación Médica de Zimbabue y una reunión paralela del Grupo de Trabajo del Sector Sanitario presidida por el Secretario de Sanidad, Dr. Aspect Maunganidze, se subrayó la urgencia de una financiación sanitaria sostenible. El Dr. Maunganidze destacó el déficit de financiación causado por la retirada del apoyo estadounidense a programas sanitarios clave, incluidos los dirigidos al VIH, la tuberculosis y la malaria. Este déficit, argumentó, subraya la importancia de la movilización de recursos nacionales y de mecanismos innovadores como el NHI. Subrayó que la financiación sanitaria debe considerarse una inversión, no un coste, instando al Tesoro a comprometer una financiación más sólida y previsible, y recordando a los responsables políticos las obligaciones de Zimbabue en virtud de la Declaración de Abuja de asignar el 15% del presupuesto nacional a la sanidad.
Junto con las reformas de la financiación, Zimbabue también está dando prioridad a la mejora del suministro de medicamentos, la rehabilitación de las infraestructuras y la modernización de los hospitales para reforzar la prestación de servicios. Los indicadores sanitarios recientes son a la vez alentadores y preocupantes. La Encuesta Demográfica y Sanitaria de Zimbabue muestra un descenso espectacular de la mortalidad materna, de 651 muertes por 100.000 nacidos vivos en 2015 a 212 en 2024, y un aumento de la esperanza de vida de 61 a 64,4 años. Sin embargo, la mortalidad neonatal ha alcanzado la cifra récord de 37 muertes por cada 1.000 nacidos vivos, lo que pone de manifiesto deficiencias en la atención perinatal y neonatal que exigen atención urgente.
La implantación del NHI, combinada con inversiones sectoriales continuadas, se prevé como un punto de inflexión para el sistema sanitario de Zimbabue. Los funcionarios subrayan que lograr un sistema resistente y equitativo requerirá no sólo el compromiso del gobierno, sino también asociaciones sólidas y la implicación colectiva de toda la sociedad.