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El monopolio sanitario canadiense nos está matando - P4H Network

El monopolio sanitario canadiense nos está matando

La asistencia sanitaria universal de Canadá, antaño motivo de orgullo, está ahora plagada de hospitales saturados, largas esperas y muertes evitables. Los críticos achacan la crisis al modelo de monopolio de la Ley de Salud de Canadá, y argumentan que las reformas para permitir opciones privadas junto a la asistencia pública son esenciales para un acceso oportuno.

El sistema sanitario universal de Canadá ha sido durante mucho tiempo una fuente de orgullo nacional, promovido por los políticos como un sello de compasión, defendido por los sindicatos y mantenido por los tribunales. Sin embargo, tras este orgullo se esconde una cruda realidad: el sistema está fallando a millones de canadienses. A pesar de ser uno de los países del mundo con mayor gasto per cápita en asistencia sanitaria, Canadá ofrece algunos de los peores resultados entre las naciones desarrolladas con sistemas universales. Los hospitales saturados, las largas esperas y las muertes evitables se han convertido en algo alarmantemente frecuente. Sólo en 2023, más de 1,3 millones de canadienses abandonaron las visitas a urgencias debido a retrasos excesivos, mientras que se calcula que 15.474 personas murieron antes de recibir exploraciones o intervenciones quirúrgicas críticas. Algunos analistas sugieren que la cifra real podría estar más cerca de los 28.000.

Casos desgarradores ponen de relieve el coste humano. En Ontario, un joven de 16 años murió tras esperar horas en un servicio de urgencias sin recibir el tratamiento adecuado, mientras que un niño de ocho años soportó casi un día entero de fuertes dolores antes de que se le prestara atención. No se trata de anomalías, sino de síntomas de un colapso sistémico, reflejado en comparaciones internacionales como la encuesta del Fondo de la Commonwealth, que clasificó a Canadá en último lugar entre 31 países de renta alta en cuanto a acceso oportuno.

Las raíces de la crisis se remontan a la Ley de Salud de Canadá de 1984, introducida sin un plan claro para financiar de forma sostenible sus compromisos. En poco tiempo, los hospitales se enfrentaron a recortes presupuestarios y empezaron a reducir el tiempo de quirófano. Racionar la asistencia se convirtió en la única forma de hacer frente a la situación. Médicos frustrados como Brian Day buscaron alternativas, que condujeron a la creación de clínicas privadas como el Cambie Surgery Centre de Vancouver en 1996. Estas instalaciones demostraron que podían realizar procedimientos a menor coste y reducir la presión sobre los hospitales públicos. Sin embargo, la oposición arraigada de los sindicatos y la resistencia burocrática desencadenaron batallas legales. En 2023, el Tribunal Supremo se negó a escuchar el recurso de Cambie tras años de litigios, dejando a Canadá como el único país de atención universal que prohíbe o restringe severamente la atención privada.

Esta opción política, argumentan los críticos, afianza la disfunción en lugar de la equidad. Otros países con cobertura universal -desde el Reino Unido hasta Australia y toda Europa- permiten opciones privadas junto al seguro público, reduciendo así la presión sobre el sistema público. En cambio, los dirigentes canadienses defienden el monopolio al tiempo que hacen promesas inconciliables. El Primer Ministro Mark Carney, por ejemplo, ha prometido defender la Ley de Sanidad y ampliar la formación médica, a pesar de que desde hace décadas existen límites a la matrícula en las facultades de medicina para contener los costes.

La crisis, como señalan los críticos, no tiene que ver fundamentalmente con la insuficiencia de dinero o la falta de médicos, sino con la estructura del propio sistema. Un monopolio gubernamental limita la elección del paciente, desalienta la eficiencia y mantiene los largos tiempos de espera. La reforma de la Ley de Salud de Canadá para permitir la prestación privada complementaria, argumentan los defensores, es la única forma de aliviar la presión sobre el sistema público, mejorar los resultados y ofrecer a los canadienses una atención oportuna y eficaz. Hasta entonces, el sistema seguirá consumiendo enormes recursos y provocando sufrimientos evitables.

Referencia
Gwyn Morgan, El monopolio sanitario canadiense nos está matando, Noticias Juno, 06 Sep 2025