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El sistema sanitario australiano necesita verdaderas reformas - P4H Network

El sistema sanitario australiano necesita verdaderas reformas

El sistema sanitario australiano se enfrenta a importantes retos, como las barreras económicas para acceder a la asistencia, el apoyo inadecuado a las enfermedades crónicas y la escasez de fondos para los servicios de salud mental y odontológicos. Se necesitan reformas urgentes para garantizar que el sistema pueda satisfacer eficazmente las necesidades de la población.

Los recientes debates sobre el sistema sanitario australiano han suscitado inquietudes alarmantes que requerirán la atención urgente del próximo gobierno tras las elecciones de mayo. Aunque se han prometido importantes fondos para Medicare y el Plan de Prestaciones Farmacéuticas (PBS), los principales partidos políticos no han prestado suficiente atención a las áreas críticas de reforma.

A pesar de sus puntos fuertes, como la elevada esperanza de vida y unos resultados generalmente buenos en relación con otras naciones ricas, hay varios problemas acuciantes que deben abordarse. El Medicare australiano, que ha sido la columna vertebral de la atención primaria durante más de cuatro décadas, necesita ahora actualizaciones y mejoras. El sistema debe evolucionar para satisfacer el panorama cambiante de las necesidades sanitarias, sobre todo en cinco áreas clave: reducir las barreras económicas a la asistencia, gestionar las enfermedades crónicas, mejorar la salud mental y la atención dental, mejorar los servicios hospitalarios públicos y abordar la escasez de personal.

Barreras económicas a la asistencia: Incluso con el objetivo de Medicare de proporcionar asistencia sanitaria universal, ha surgido una estadística preocupante: aproximadamente uno de cada diez australianos ha pospuesto la visita al médico debido a los costes. A pesar de los medicamentos subvencionados por el PBS, las personas manifiestan tener dificultades para costearse las recetas. Recientemente, el partido Laborista saltó a los titulares al anunciar medidas destinadas a aumentar las tarifas de facturación a granel y a limitar los precios de las recetas de la PBS a 25 dólares australianos, lo que refleja las apremiantes cuestiones del coste de la vida que ocupan un lugar central en el discurso electoral. La Coalición ha prometido igualar estas propuestas; sin embargo, ninguno de los dos partidos ha abordado la creciente disparidad entre los honorarios de los especialistas y lo que cubre Medicare, lo que hace que muchos pacientes retrasen o renuncien a la atención médica necesaria.

Gestión de las enfermedades crónicas: El sistema sanitario australiano tiene dificultades para adaptarse a la creciente incidencia de las enfermedades crónicas. En el año fiscal 2023-24, el 18% de los australianos accedieron a tres o más profesionales sanitarios, pero para el 28% de ellos hubo una falta de atención coordinada entre los proveedores. Diseñado originalmente para un panorama demográfico y sanitario diferente, Medicare necesita una revisión significativa dirigida a abordar las enfermedades crónicas con mayor eficacia. Se recomiendan iniciativas en curso, como el grupo de trabajo para el fortalecimiento de Medicare y la revisión de los incentivos a los médicos de cabecera, para facilitar la atención multidisciplinar, asegurando que, independientemente del partido que gane el gobierno, estas reformas deben continuar.

Salud mental y atención dental: La salud mental y los servicios dentales a menudo se pasan por alto en el debate general sobre la asistencia sanitaria. Las estadísticas indican que más del 20% de los australianos retrasan la atención dental por limitaciones económicas, el doble de los que evitan otros servicios médicos por razones similares. No se trata tanto de un acceso sin límites, como sugieren algunos partidos políticos, sino más bien de encontrar un enfoque matizado hacia el acceso universal a la atención dental. La atención a la salud mental presenta una serie de retos diferentes, en los que personas tanto de entornos acomodados como desfavorecidos se enfrentan a obstáculos para acceder a los servicios necesarios. La Coalición ha propuesto aumentar a 20 el número máximo de sesiones de salud mental subvencionadas por Medicare, una medida criticada por no ser equitativa. Por el contrario, los Laboristas han comprometido 1.000 millones de dólares australianos para ampliar los servicios gratuitos de salud mental, un planteamiento que se ajusta a las necesidades de muchos australianos. Ambos partidos deben apoyar un programa universal en curso dirigido a las necesidades de salud mental de bajas a moderadas, que funcione sin necesidad de derivación ni copago, que se pondrá en marcha en enero de 2026.

Financiación de los Hospitales Públicos: La financiación de los hospitales públicos ha experimentado una tendencia a la baja en las aportaciones de la Commonwealth, deteriorando el crecimiento experimentado en la última década. Esto ha provocado que algunos hospitales se hayan visto significativamente afectados, con tiempos de espera más largos y recursos insuficientes. A finales de 2023, los debates del gabinete nacional intentaron solucionar este problema con un acuerdo de financiación que pretendía aumentar la participación de la Commonwealth en la financiación de los hospitales hasta el 45% en 2035-36. Sin embargo, los enredos burocráticos han paralizado los avances en esta importante cuestión. Los dos principales partidos deben comprometerse firmemente a aplicar el acuerdo de financiación completo en el momento oportuno para garantizar que los hospitales dispongan de los recursos necesarios.

Escasez de personal sanitario: Es evidente una escasez crítica de profesionales sanitarios, agravada significativamente desde que el gobierno de Abbott disolvió Health Workforce Australia en 2014, lo que dificulta la planificación nacional de las necesidades de personal sanitario. El gobierno de Albanese ha intentado paliar este problema agilizando la contratación de profesionales sanitarios con formación internacional y ofreciendo incentivos a los médicos para que trabajen en regiones rurales. Sin embargo, estas medidas parecen ser soluciones temporales a un problema sistémico mucho más profundo.

En resumen, el sistema sanitario australiano se enfrenta a diversos retos que requieren reformas inmediatas y meditadas. Desde las barreras económicas a la asistencia y la gestión de las enfermedades crónicas hasta la necesidad urgente de servicios adecuados de salud mental y odontología, así como la financiación de los hospitales públicos y la escasez de personal, el próximo gobierno debe dar prioridad a una estrategia global para fortificar y hacer avanzar el sistema sanitario australiano.

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