Un estudio publicado en la revista Health Policy de Science Direct propone un método para prever cómo afecta el envejecimiento tanto a los gastos como a los ingresos sanitarios. Sugiere una serie de opciones políticas para hacer frente a los déficits de financiación.
Resumen
Existe la percepción de que el envejecimiento de la población tendrá efectos nocivos sobre la futura sostenibilidad de la financiación sanitaria. Proponemos un nuevo método: la brecha de sostenibilidad financiera del envejecimiento de la población para los sistemas sanitarios, con el fin de explorar cómo afectarán los cambios en la combinación de edades de la población a los gastos e ingresos sanitarios.
Utilizando un conjunto de seis escenarios nacionales anónimos basados en datos de países de Europa y el Pacífico Occidental que representan una amplia gama de sistemas de financiación sanitaria, los autores prevén el tamaño de la brecha atribuible al envejecimiento entre los ingresos y los gastos sanitarios de 2020 a 2100 con los acuerdos actuales de financiación sanitaria. En el país con el mayor déficit de financiación en 2100 (país S6), la mayor parte (87,1%) se debe al crecimiento del gasto sanitario. Sin embargo, en los países que dependen en gran medida de las cotizaciones sociales relacionadas con el mercado laboral para financiar la asistencia sanitaria, una parte considerable del déficit de financiación se debe a la reducción de los ingresos sanitarios.
Los autores sostienen que los análisis que prestan la misma atención a los gastos e ingresos sanitarios orientan a los responsables de la toma de decisiones hacia un conjunto más equilibrado de opciones políticas para afrontar los retos del envejecimiento de la población, que van desde la orientación de los gastos y la utilización de los servicios hasta la diversificación de los ingresos.