El rápido envejecimiento y el aumento de las enfermedades no transmisibles están poniendo a prueba los infrafinanciados sistemas sanitarios del sur y el sudeste de Asia. Los países están impulsando la financiación, adoptando la salud digital y mejorando la atención preventiva, pero las brechas de acceso rural y los elevados costes persisten a pesar de los avances.
Las economías emergentes del sur y el sudeste asiático están experimentando profundas transformaciones. Estos cambios están impulsados por las transiciones demográficas, el crecimiento económico, el desarrollo social, la innovación tecnológica y la evolución de las expectativas de la población respecto a la asistencia sanitaria. El rápido envejecimiento de la población, el aumento de las enfermedades no transmisibles (ENT), las disparidades en el acceso a la asistencia sanitaria y la persistente falta de financiación plantean retos complejos. Sin embargo, los gobiernos de esta región están respondiendo con modelos innovadores de financiación sanitaria, transformación digital, un renovado interés por la atención preventiva y reformas estratégicas para mejorar los resultados sanitarios y la resistencia del sistema.
Cambios demográficos y transiciones epidemiológicas
Envejecimiento de la población: El tsunami silencioso
Asia alberga la población anciana de más rápido crecimiento del mundo. En 2050, se calcula que 1.300 millones de asiáticos -una de cada cuatro personas- tendrá 60 años o más. Sólo en la región de la ASEAN se prevé que la población anciana aumente de 77,4 millones (11,5% de la población) en 2020 a 173,3 millones (22,0%) en 2050. Países como India y Tailandia están experimentando un notable aumento de su ciudadanía de edad avanzada, y se prevé que la población mayor de 60 años de India se duplique para 2050. Esta rápida transición demográfica conlleva una mayor incidencia de enfermedades comórbidas como la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las enfermedades cardiovasculares y la demencia.
Aumento de las Enfermedades No Transmisibles (ENT)
Junto con el envejecimiento, las ENT se están convirtiendo en el principal reto sanitario. La Organización Mundial de la Salud calcula que el 62% de todas las muertes en el Sudeste Asiático se deben a ENT, principalmente enfermedades cardiovasculares, cáncer, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas. A medida que disminuyen las enfermedades infecciosas tradicionales, la agenda sanitaria se desplaza rápidamente hacia la gestión de las enfermedades crónicas de larga duración, la nutrición y la salud mental.
Necesidades Insatisfechas e Inequidades Sanitarias
Aunque la esperanza de vida ha aumentado y las tasas de mortalidad infantil y materna han disminuido, el panorama sanitario general sigue siendo desigual. Persisten enormes disparidades entre los países y dentro de ellos, especialmente entre las zonas rurales y urbanas y entre los distintos grupos socioeconómicos. Muchos adultos mayores carecen de acceso a la atención especializada o institucional, mientras que la disponibilidad y asequibilidad de los centros sanitarios suelen ser limitadas fuera de los grandes centros urbanos.
Estructura actual de los sistemas sanitarios
Modelo mixto público-privado
La mayoría de los países del sur y el sudeste de Asia tienen un sistema sanitario dualista que combina proveedores públicos y privados. La sanidad privada suele prestar servicios de alta calidad, pero sigue siendo inasequible para muchos, y se concentra en los centros urbanos, mientras que los sistemas públicos prestan asistencia sanitaria subvencionada (o gratuita en el punto de uso), pero luchan contra las limitaciones de financiación, infraestructura y personal.
Panorama de la financiación sanitaria
India: Predomina la financiación mixta, con una creciente inversión gubernamental. Sin embargo, el gasto de bolsillo sigue siendo significativo, lo que contribuye a elevadas tasas de gasto sanitario catastrófico.
Indonesia: El régimen gubernamental Jaminan Kesehatan Nasional (JKN) cubre ya a más del 95% de la población, reduciendo drásticamente las cargas de los gastos a cargo del usuario.
Malasia: Un sistema público muy subvencionado, pero con lagunas persistentes en los servicios especializados y la cobertura rural.
Filipinas: Seguro dependiente de los ingresos, con PhilHealth esforzándose por lograr la cobertura universal, pero enfrentándose a problemas de recursos y de coherencia.
Tailandia: Un sólido Sistema de Cobertura Universal (SCU), financiado totalmente con impuestos, que ofrece una atención integral casi sin efectivo, pero que se enfrenta a la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
Los sistemas sanitarios de todos estos países se enfrentan a una inversión insuficiente en relación con la creciente demanda y el aumento de los costes.
Tendencias emergentes que configuran los sistemas sanitarios
1. Mejorar la financiación pública de la sanidad
Tras años de infrafinanciación crónica…
El programa de cobertura sanitaria universal JKN de Indonesia redujo el gasto sanitario catastrófico del 4,5% al 2% del gasto sanitario corriente entre 2017 y 2021.
Malasia aumentó su asignación presupuestaria para sanidad en un 10% en 2025, hasta 45.300 millones de RM, centrándose en la mejora de la infraestructura sanitaria rural, aunque sigue por debajo del objetivo recomendado del 5% del PIB para gasto sanitario.
India mejoró el gasto sanitario público del 29% al 48% del gasto sanitario total entre 2015 y 2025, sobre todo mediante planes como Ayushman Bharat-PMJAY.
Sin embargo, la inflación de la sanidad supera a la inflación general, ampliando el déficit de financiación. Mientras los presupuestos aumentan, la demanda lo hace más rápidamente, sobre todo a medida que los países se enfrentan a las transiciones demográficas y a la gestión de las enfermedades crónicas.
2. Aprovechar la revolución digital
La transformación digital es fundamental para superar los retos de acceso, eficiencia y calidad:
India: La Misión Digital Ayushman Bharat (ABDM) está creando un ecosistema digital interoperable con cuentas sanitarias para cientos de millones de personas y un intercambio de datos sin fisuras entre proveedores. E-Sanjeevani, la mayor plataforma de telemedicina del mundo, ofrece consultas a distancia a más de 360 millones de pacientes.
Tailandia: A partir de 2025, el programa de cobertura sanitaria universal de Tailandia ofrece a cada ciudadano una identificación sanitaria digital, que permite acceder con un solo clic a historiales médicos completos, citas, derivaciones y servicios de farmacia.
Malasia: Implantación en curso de historias clínicas electrónicas e inversiones en los sistemas informáticos del Ministerio de Sanidad para digitalizar las clínicas y mejorar la interoperabilidad.
Indonesia: Transform Health Indonesia, una iniciativa de gran alcance, aspira a un sistema de atención primaria totalmente integrado y con prioridad digital para 2030, que incluya historiales médicos electrónicos de los pacientes.
Filipinas: El Departamento de Sanidad está impulsando la interoperabilidad de los sistemas de información digital.
La telemedicina, los análisis basados en IA, las aplicaciones sanitarias móviles y las plataformas administrativas basadas en la nube están agilizando la asistencia, facilitando el diagnóstico a distancia y abordando la escasez de mano de obra, especialmente en las zonas desatendidas.
3. Bienestar y atención preventiva
Las políticas sanitarias están pasando progresivamente de una postura curativa a otra preventiva y promotora:
Pemeriksaan Kesehatan Gratis (PKG) de Indonesia: Un cribado anual de ENT en todo el país para todos los ciudadanos, respaldado por una importante financiación gubernamental.
Planes RBSK y RKSK de la India: Dirigidos a la salud de niños y adolescentes, detección de enfermedades congénitas, crónicas o del desarrollo.
Malasia: Los programas de colaboración con la OMS se centran en educar a las comunidades sobre los riesgos para la salud y fomentar la intervención precoz mediante pruebas preventivas y la modificación del estilo de vida.
Tailandia: Una “economía del bienestar” en auge ofrece atención preventiva integral -incluidos servicios de longevidad, fertilidad y bienestar cognitivo- con énfasis en el turismo de salud.
Estos programas pretenden reducir la carga de la enfermedad antes de que sea necesaria una intervención médica costosa.
4. Atención especial a la tercera edad
El crecimiento acelerado de la tercera edad conlleva nuevas necesidades de asistencia:
India: La Pradhan Mantri Jan Arogya Yojana cubre ahora a todos los mayores de 70 años hasta 5 lakh de gastos médicos al año, independientemente de sus ingresos.
Malasia: El plan Bantuan Keluarga Malasia incluye una nueva ayuda en metálico para las personas mayores.
Tailandia: A pesar de contar con un programa de cobertura sanitaria universal ejemplar, siguen existiendo lagunas en la atención institucional y a largo plazo de los ancianos, un sector propicio para nuevas inversiones.
Los países están explorando nuevos modelos empresariales y de seguros para la asistencia a la tercera edad, pero la cobertura política y la infraestructura de asistencia institucional siguen siendo limitadas.
Estudios de casos: Dinámica sanitaria por países
India
El sistema indio abarca una vasta red público-privada. A pesar de las reformas y del aumento de la inversión pública, persisten lagunas crónicas:
Las zonas urbanas disfrutan de una atención terciaria y privada avanzada; las zonas rurales suelen tener instalaciones básicas y escasez de personal cualificado.
Los avances recientes incluyen la digitalización, la promoción de dispositivos médicos asequibles y la protección financiera de los pobres respaldada por el gobierno.
Los regímenes críticos (por ejemplo, PMJAY, JSSK, RBSK, RAN, HMCPF) tienen un historial de éxito en la ampliación de la cobertura y la calidad; sin embargo, perdura el acceso desigual y el seguro insuficiente para la clase media.
Tailandia
El modelo tailandés combina la cobertura sanitaria universal con un vibrante sector privado:
La financiación pública cubre al 99,5% de los residentes prácticamente sin coste alguno.
Entre las áreas de interés se incluyen la digitalización, la ampliación de los servicios de salud mental y de atención a la tercera edad, y una sólida asistencia sanitaria rural.
Sin embargo, el coste de la cobertura integral está aumentando, y hay advertencias sobre la sostenibilidad fiscal a largo plazo.
Malasia
La estructura dual público-privada de Malasia es un sello distintivo:
El sector público (hospitales y clínicas gubernamentales) está fuertemente subvencionado y atiende a más del 65% de la población, mientras que el sector privado atiende sobre todo a los grupos urbanos y de mayores ingresos.
La inversión en turismo médico es significativa.
La persistente escasez de mano de obra, sobre todo de especialistas, y las disparidades de acceso -sobre todo en las zonas rurales- son los principales retos actuales.
Indonesia
La sanidad indonesia está descentralizada administrativamente:
El programa de cobertura sanitaria universal de la JKN ha tenido éxito en la cobertura, pero se enfrenta a dificultades en la calidad y el acceso coherente entre los centros urbanos y rurales.
Los servicios de atención primaria se prestan a través de los centros PUSKESMAS, pero los hospitales públicos de las regiones rurales necesitan mejoras de infraestructura y una mejor financiación.
Filipinas
PhilHealth se esfuerza por ampliar la cobertura universal:
Siguen existiendo desigualdades entre los sistemas públicos (menos fiables, sobre todo en las zonas rurales) y los privados (de mayor calidad, centrados en las ciudades).
La asequibilidad, la accesibilidad y la financiación coherente siguen siendo problemáticas incluso cuando se introducen nuevos paquetes de prestaciones de seguros centrados en el paciente.
Retos persistentes y emergentes
Lagunas en la financiación de la sanidad
A pesar de los encomiables aumentos del gasto sanitario público, la financiación actual sigue siendo inadecuadapara hacer frente a las crecientes presiones demográficas y de enfermedad. La inflación de la sanidad, que supera hasta tres veces la inflación ordinaria, provoca aumentos insostenibles de los costes de la asistencia. Por ejemplo, Malasia necesitaría duplicar su asignación actual para alcanzar el umbral recomendado del 5% del PIB, lo que pone de manifiesto una grave falta de inversión.
Acceso desigual y brecha rural-urbana
Las infraestructuras, la calidad de la asistencia y la distribución de la mano de obra están sesgadas hacia los centros urbanos. Las regiones rurales y menos prósperas sufren con frecuencia:
Infraestructura deficiente de las instalaciones.
Escasez de profesionales sanitarios cualificados.
Recursos especializados y digitales limitados.
Esta brecha agrava las desigualdades sanitarias y socava los objetivos del sistema de acceso universal.
Atención preventiva y de larga duración poco desarrollada
Aunque la inversión en salud preventiva está creciendo, los servicios curativos siguen dominando los presupuestos y la planificación estratégica. Los programas preventivos y de bienestar suelen ser nuevos, estar fragmentados o recibir una financiación inadecuada. La atención a los ancianos y la atención institucional -especialmentepara las enfermedades crónicas y de alta necesidad- están particularmente subdesarrolladas, y persisten importantes lagunas incluso en modelos de CSU por lo demás sólidos.
Gastos de bolsillo
Los elevados gastos generales en medicamentos, diagnósticos y cuidados de larga duración siguen siendo un problema, que expone a muchos hogares a gastos sanitarios catastróficos a pesar de los avances en la cobertura de los seguros.
Brecha digital
Las soluciones sanitarias digitales sólo pueden ser eficaces si el acceso y la alfabetización son universales. El acceso limitado a la infraestructura digital o la escasa alfabetización digital -especialmente entre las personas mayores y las poblaciones rurales- plantean retos constantes.
Vías estratégicas para un crecimiento sostenible
1. Reforzar las asociaciones público-privadas y la gobernanza
La corporativización de los servicios sanitarios públicos puede ayudar a impulsar la eficiencia preservando la equidad.
El sector privado -desdelos hospitales a las aseguradoras, y cada vez más, las empresas emergentes de salud digital- debe integrarse en las estrategias nacionales de salud, como proveedores de asistencia y como socios en la innovación.
Los gobiernos pueden utilizar organismos reguladores o comisiones público-privadas para revisar y limitar las tarifas de los pacientes, sobre todo para gestionar el POD en los centros privados.
2. Ecosistemas de Atención Integrada y Salud Digital
Para dejar atrás la asistencia fragmentada y en silos, los países deben construir sistemas integrados en los que los datos, los pacientes y los proveedores fluyan sin fisuras entre niveles (primario, secundario, terciario) y sectores.
Las normas de interoperabilidad y las identificaciones sanitarias digitales universales lo facilitarán, mejorando la coordinación, la continuidad y la atención personalizada.
La formación en alfabetización digital de los trabajadores será crucial, y las innovaciones digitales (análisis de IA, telesalud, plataformas de autogestión) deben ser fáciles de usar y estar adaptadas culturalmente.
3. Impulsar las inversiones en cuidados preventivos, de bienestar y de larga duración
Es vital financiar y ampliar de forma coherente los programas de cribado, educación sanitaria, vacunación e intervención en el estilo de vida de toda la población.
Los gobiernos pueden aprovechar el sector del turismo de bienestar, como en Tailandia, para construir una infraestructura empresarial de prestación de servicios preventivos que también beneficie a la población nacional.
Los responsables políticos deben diseñar paquetes sostenibles de financiación y seguros específicos para los ancianos y las personas con necesidades crónicas, que cubran la brecha actual entre la asistencia institucional y la domiciliaria.
4. Capacidad política y de investigación basada en datos
La mejora de los sistemas de información sanitaria permitirá un mejor seguimiento de los patrones de enfermedad y de la eficacia de las políticas, apoyando estrategias más adaptables y basadas en pruebas.
Es necesario invertir en investigación clínica y política local para obtener soluciones sostenibles y sensibles al contexto.
5. Políticas centradas en la equidad
Políticas específicas para hacer frente a las desigualdades entre zonas rurales y urbanas, de género y de edad.
Las subvenciones directas, las transferencias condicionadas de efectivo y la asignación de recursos en función del lugar pueden ayudar a colmar las lagunas actuales.
Conclusión
Los sistemas sanitarios de India, Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia se encuentran en una coyuntura crítica, marcada por dinámicas transiciones sociales, económicas y epidemiológicas. El envejecimiento de la población, el rápido aumento de las enfermedades no transmisibles y las persistentes disparidades en la financiación y el acceso a la asistencia sanitaria presentan obstáculos formidables. Sin embargo, una nueva ola de inversión pública, innovación política, transformación digital y énfasis en la salud preventiva promete una asistencia sanitaria más equitativa, resistente y centrada en el paciente.
Para navegar con éxito en las próximas décadas, estas naciones deben transformar sus sistemas sanitarios en redes integradas y potenciadas digitalmente; dar prioridad a las inversiones en prevención, atención a largo plazo y a personas mayores; profundizar en la colaboración público-privada; y garantizar que la equidad sanitaria esté en el centro de todas las reformas. Sólo entonces podrá cumplirse plenamente la promesa de una cobertura sanitaria universal -y de sociedades más sanas y prósperas- en el sur y el sudeste de Asia.