La Asamblea de Ciudadanos de Suiza ha propuesto un impuesto sobre los alimentos y bebidas azucarados como parte de seis reformas destinadas a mejorar la salud pública, que también incluyen impuestos más altos sobre el alcohol y el tabaco, una mayor educación sanitaria y restricciones más estrictas de la publicidad.
La Asamblea de Ciudadanos de Suiza, compuesta por 100 personas elegidas al azar, ha respaldado propuestas destinadas a mejorar la salud pública mediante un impuesto sobre los alimentos y bebidas azucarados. Este impuesto forma parte de un paquete más amplio de seis reformas desarrolladas a lo largo de cinco meses, que abordan necesidades urgentes de promoción y prevención de la salud identificadas por los ciudadanos.
La asamblea aboga por aumentar los impuestos sobre el alcohol y el tabaco para desincentivar el consumo poco saludable, afirmando que estos desincentivos económicos hacen menos atractivas las malas elecciones.
Una de las propuestas más respaldadas se centra en mejorar la alfabetización sanitaria, con el objetivo de dotar a las personas de los conocimientos necesarios para tomar decisiones informadas sobre su dieta, actividad física y bienestar mental, mediante la mejora de la educación y la formación de los profesionales sanitarios. Otras recomendaciones incluyen el establecimiento de una ley nacional de salud, la creación de un centro nacional de promoción y prevención de la salud y el lanzamiento de campañas de concienciación pública para poner de relieve los problemas relacionados con la salud.
La asamblea también estudió medidas legislativas como la formación en nutrición y el conocimiento de las etiquetas de los alimentos, además de abogar por restricciones más estrictas de la publicidad de productos alcohólicos y de nicotina para apoyar decisiones más saludables. Cuatro propuestas, incluida una para eliminar las subvenciones a la producción de alcohol y tabaco, no recibieron el apoyo de la mayoría.
El informe final de la asamblea se presentará a la Consejera Federal Elisabeth Baume-Schneider el 20 de mayo, allanando el camino para el debate entre los representantes políticos dentro del marco político actual. La iniciativa, dirigida por las universidades de Ginebra y Zúrich y coordinada por el Centro de Estudios sobre la Democracia de Aarau, pretende demostrar cómo las asambleas ciudadanas pueden mejorar el debate democrático sobre cuestiones complejas y polémicas. Daniel Kübler, co-iniciador, destacó el potencial de consenso a través del diálogo respetuoso entre participantes diversos.