El drástico aumento de los precios de los medicamentos en Irán ha hecho que muchos enfermos de cáncer no puedan permitirse tratamientos esenciales. En medio de la creciente protesta pública, el régimen iraní da prioridad a las intervenciones militares y extranjeras antes que a abordar la crisis sanitaria, lo que agrava la situación.
El significativo aumento de los precios de los medicamentos en Irán ha tenido un efecto devastador en los medicamentos contra el cáncer, dejando a muchos pacientes sin poder permitirse tratamientos que salvan vidas. Los activistas sanitarios informan de que un número cada vez mayor de enfermos de cáncer se ven obligados a abandonar sus tratamientos debido a la insuficiente cobertura del seguro para los medicamentos esenciales y a los costes prohibitivos de los que sólo están parcialmente cubiertos.
El Dr. Soheil Rahimi, médico de Irán, compartió historias alarmantes durante un seminario de psicología, señalando que algunos pacientes están tan desesperados que ruegan a los médicos que acaben con sus vidas debido a las extremas dificultades económicas. Araseb Ahmadian, director general de la Fundación Benéfica Mahak, destacó la insoportable presión económica que soportan las familias, sobre todo las de niños con cáncer, cuyos costes de tratamiento pueden superar los dos mil millones de tomanes. Incluso las familias con seguros básicos y complementarios tienen dificultades para cubrir estos gastos, lo que a menudo provoca retrasos en el tratamiento o la imposibilidad total de acceder a los medicamentos necesarios, poniendo en peligro la salud de los niños enfermos de cáncer. El aumento de los precios de los medicamentos puede atribuirse a la retirada por parte del gobierno de las subvenciones para muchos medicamentos y a la depreciación del tipo de cambio preferencial utilizado para los productos farmacéuticos, lo que hace que los costes se disparen de la noche a la mañana entre un 50% y un 400%.
Aunque los funcionarios del gobierno atribuyen estos problemas a las sanciones occidentales y a la disminución de los ingresos procedentes del petróleo, los críticos afirman que el régimen da prioridad a la financiación de los grupos militantes extranjeros, los proyectos militares y su programa nuclear frente a la satisfacción de las necesidades sanitarias urgentes de su población. Salamat News, un medio de comunicación iraní centrado en la salud, informó de su preocupación por la asequibilidad de los tratamientos modernos.
Innovaciones como las terapias genéticas y la inmunoterapia, que suelen ser más eficaces, están entrando en el país a precios de mercado libre, inflando sustancialmente los costes. Los lentos procesos de aprobación y cobertura del seguro para estos tratamientos contribuyen aún más al aumento de los gastos. La situación se ha agravado hasta el punto de que algunos pacientes están recurriendo a vender sus medicamentos esenciales como último recurso para sobrevivir.
Reza Jabbari, vicepresidente de la comisión parlamentaria de salud, señaló que la extrema desesperación económica a la que se enfrentan algunas personas les lleva a estas acciones desesperadas. La subida de los precios de los medicamentos, unida a la pobreza generalizada, ha provocado un aumento escandaloso del coste de ciertos productos farmacéuticos, algunos de los cuales han experimentado subidas de precio de hasta el 200%.
A estos problemas se suma el descenso de la producción farmacéutica nacional. Representantes de la industria farmacéutica iraní revelaron que la producción cayó un 16% en los nueve primeros meses de 2024 en comparación con el año anterior. Los expertos sugieren que estabilizar la industria requerirá un aumento de la liquidez de más del 60%. Sin embargo, la continua mala gestión económica y los desequilibrios monetarios han provocado una grave escasez y agravado la crisis sanitaria.
Una carta filtrada de Mohammad Raeeszadeh, jefe de la Organización del Sistema Médico Iraní, puso de manifiesto la grave situación financiera, revelando que la Organización de Orientación de Subsidios y otras aseguradoras adeudan a las farmacias privadas aproximadamente 18 billones de tomans. Estas deudas impagadas han causado graves problemas de liquidez, contribuyendo a la interrupción del suministro de medicamentos esenciales.
En medio de este clamor público, el régimen iraní del líder supremo Ali Jamenei sigue dando prioridad a la expansión militar y a las intervenciones en el extranjero. A medida que aumentan la pobreza y la inflación, se prevé que la crisis sanitaria empeore sin una intervención inmediata. La continua inaccesibilidad a medicamentos que salvan vidas amenaza con sumir aún más en la desesperación a los ciudadanos más vulnerables de Irán.