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La promesa sanadora de una nación: el audaz impulso de Tanzania hacia el seguro sanitario universal - P4H Network

La promesa sanadora de una nación: el audaz impulso de Tanzania hacia el seguro sanitario universal

La Ley de Seguro Sanitario Universal de Tanzania, 2023, tiene como objetivo proporcionar cobertura sanitaria obligatoria a todos los ciudadanos, abordando las bajas tasas de seguro y los elevados gastos de bolsillo. El éxito depende de la confianza, la voluntad política, la lucha contra la corrupción y la financiación inclusiva para garantizar una asistencia sanitaria equitativa y accesible en las comunidades urbanas y rurales.

En África Oriental, Tanzania está en la cúspide de un cambio transformador en el acceso a la asistencia sanitaria, impulsado por la promulgación de la Ley de Seguro Sanitario Universal de 2023. Esta legislación pretende garantizar que ningún tanzano -independientemente de sus ingresos, ubicación o estatus- se quede atrás en la búsqueda de la salud y la dignidad. La Ley representa la culminación de más de dos décadas de reformas graduales, pero también el reconocimiento de que los esfuerzos anteriores se han quedado cortos: actualmente, sólo el 15,3% de los tanzanos están cubiertos por algún tipo de seguro sanitario, y la inmensa mayoría (más del 75%) paga la asistencia de su bolsillo. Esta dependencia de los pagos directos ha sumido en la pobreza a innumerables familias y ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de una reforma.

La Ley del Seguro Sanitario Universal promete una cobertura obligatoria para cada ciudadano, trabajador formal y residente extranjero adulto. Esta audaz visión se basa en la creencia de que la asistencia sanitaria no es sólo un servicio, sino un contrato social entre el gobierno y el pueblo. Sin embargo, la realidad es compleja, sobre todo teniendo en cuenta la gran mano de obra informal de Tanzania, cuyos ingresos irregulares hacen que las cotizaciones regulares sean un reto. Para hacer frente a esto, el gobierno ha introducido mecanismos de financiación creativos -incluidos gravámenes sobre el dinero móvil, el alcohol, los cosméticos y fondos procedentes de inversiones y donaciones- para ampliar la base de recursos y subvencionar a los más vulnerables, como los inscritos en el Fondo de Acción Social de Tanzania (TASAF).

Los expertos en sanidad y los responsables políticos coinciden en que es esencial fomentar la confianza de los ciudadanos. El Dr. Mugisha Nkoronko, presidente de la Asociación Médica de Tanzania, subraya que los ciudadanos deben ver mejoras tangibles en los servicios sanitarios para creer en el nuevo sistema. El gobierno ha respondido con compromisos concretos: La ministra de Sanidad, Jenista Mhagama, ha prometido paquetes de seguros universales, la mejora de los servicios de maternidad de urgencia y esfuerzos para estabilizar el Departamento de Almacenes Médicos (MSD), que lleva mucho tiempo sufriendo carencias presupuestarias. Se están realizando inversiones sustanciales, que incluyen miles de millones de chelines para nuevos almacenes y una importante subvención de China para mejorar el almacenamiento de suministros médicos.

La Ley ha obtenido un consenso político poco frecuente en el Parlamento, con miembros que apoyan la reforma al tiempo que expresan su preocupación por los elevados costes de las enfermedades crónicas, la necesidad de atención preventiva y la importancia de la educación pública. Existe un reconocimiento generalizado de que el sistema debe ser equitativo, especialmente para los más pobres y vulnerables. Sobre el terreno, sin embargo, sigue habiendo escepticismo. Muchos tanzanos consideran que el seguro es burocrático o inaccesible, y se teme que el seguro médico privado pueda crear un sistema de dos niveles que favorezca a los ricos. La Ley aborda esta cuestión permitiendo el seguro privado como opción complementaria, siempre que no socave el régimen público universal.

Las aspiraciones de Tanzania se basan en ejemplos internacionales, como el Medicare australiano y los exitosos modelos de Ghana y Ruanda. Estos sistemas demuestran que la cobertura universal es alcanzable y sostenible cuando se basa en la equidad y en una fuerte voluntad política. Sin embargo, Tanzania debe enfrentarse también al persistente reto de la corrupción. Los escándalos del pasado en el Fondo Nacional del Seguro de Enfermedad (NHIF) y otras instituciones han erosionado la confianza pública, con miles de millones perdidos por reclamaciones fraudulentas y contratos mal gestionados. Restablecer la confianza exigirá reformas enérgicas: seguimiento digital de las reclamaciones, auditorías en tiempo real, protección de los denunciantes, contratación transparente y participación activa de la comunidad en la supervisión.

El camino hacia el seguro sanitario universal en Tanzania tiene tanto que ver con el cambio cultural como con la política. El éxito dependerá de una determinación política sostenida, una gestión transparente y una participación pública incesante. La aplicación de la Ley no será fácil, ya que se enfrentará a resistencias, pasos en falso y escepticismo. Pero para un país en el que los costes sanitarios aún pueden devastar a las familias, la búsqueda de la cobertura universal no es sólo un objetivo político, sino un imperativo moral. Con la combinación adecuada de recursos, experiencia y compromiso de todos los sectores de la sociedad, Tanzania tiene el potencial para hacer realidad un sistema sanitario que sirva realmente a toda su población.


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