Kazajstán ha reforzado con éxito su sistema de atención primaria, consiguiendo un importante ahorro de costes y mejorando los resultados sanitarios mediante la integración de los servicios de salud mental y la adopción de un enfoque multidisciplinar de la atención comunitaria.
Kazajstán ha avanzado mucho en el fortalecimiento de su sistema de atención primaria de salud (APS), y la Dra. Melitta Jakab, directora del Centro Europeo de APS de la Organización Mundial de la Salud, ha destacado algunos logros notables.
Según declaró en una entrevista a The Astana Times, la mejora del sistema de APS ha supuesto un ahorro estimado de 270 millones de tenge (unos 516.000 dólares) en una sola región durante dos años, con un potencial de ahorro a escala nacional de hasta 32.000 millones de tenge (unos 59,2 millones de dólares) si se aplican reformas similares en todo el país.
La Dra. Jakab subrayó que un sistema de APS fuerte no sólo conduce a la eficiencia financiera, sino que también mejora los resultados sanitarios y la equidad entre las poblaciones. Subrayó la importancia de dar prioridad a la APS e invertir en ella para garantizar que disponga de recursos suficientes y sea capaz de proporcionar una atención óptima en las comunidades.
Históricamente, los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), entre los que se encuentra Kazajstán, dependían de sistemas sanitarios basados en la hospitalización y dirigidos por especialistas. Sin embargo, Kazajstán ha realizado con éxito la transición a un modelo de APS más sólido y centrado en las personas. Esta transformación supuso un enfoque multidisciplinar que incorpora la ampliación de las funciones de las enfermeras y la introducción de profesionales de la salud mental, como psicólogos y trabajadores sociales, en las policlínicas. Estas iniciativas pretenden evitar hospitalizaciones innecesarias y permitir una mejor gestión de las enfermedades crónicas dentro de las comunidades.
El Dr. Jakab destacó que la integración de los servicios de salud mental en el sistema de APS es uno de los avances más significativos de Kazajstán. En el pasado, la atención a la salud mental solía descuidarse o limitarse a entornos institucionales. Sin embargo, el enfoque actual pretende prestar apoyo a la salud mental en entornos comunitarios, reduciendo así el estigma y fomentando el bienestar integral. Señaló que las Declaraciones de Alma-Ata y Astana abogan por una comprensión más amplia de la salud, que incluya el bienestar mental junto con la salud física.
Para integrar eficazmente los servicios de salud mental, el Dr. Jakab propuso cuatro estrategias clave: formar a los médicos generalistas y a las enfermeras para que reconozcan y traten los problemas comunes de salud mental, incorporar psicólogos a los equipos de APS, facilitar consultas conjuntas con psiquiatras y establecer conexiones de derivación con proveedores de salud mental de la comunidad.
El compromiso de Kazajstán con estas estrategias lo sitúa como líder en la ampliación de los servicios comunitarios de salud mental, atrayendo el interés de otros países que buscan adoptar modelos similares. Un ejemplo de esta exitosa integración puede verse en un centro de salud para jóvenes en una antigua policlínica de Astana, que cuenta con una entrada independiente para garantizar la confidencialidad. Este centro permite a los jóvenes buscar ayuda para diversos problemas, como el acoso escolar, la salud reproductiva o la ansiedad, sin miedo al estigma.
Además de la integración de la salud mental, el Dr. Jakab señaló que los servicios de APS en Kazajstán se prestan gratuitamente en el marco del paquete de prestaciones financiado por el gobierno. Sin embargo, sigue habiendo problemas para garantizar un acceso equitativo, sobre todo en las regiones remotas afectadas por la despoblación y la escasez de personal sanitario. Para mitigar estos problemas, el gobierno está invirtiendo en la construcción de cientos de instalaciones sanitarias en zonas rurales, haciendo hincapié en la incorporación de la telemedicina como complemento fundamental para abordar las deficiencias de los servicios sanitarios.
El Dr. Jakab ilustró el potencial de la telemedicina citando ejemplos de países como Suecia. En Suecia, las aldeas remotas tienen centros comunitarios con cabinas de monitorización equipadas con herramientas de diagnóstico esenciales. Estas cabinas permiten a las personas tomar medidas como la tensión arterial, la temperatura y muestras de sangre para comprobar el nivel de azúcar, todo ello supervisado por una enfermera situada en un pueblo vecino mediante tecnología de telemedicina. Esta interacción facilita el apoyo en tiempo real de médicos situados en pueblos cercanos, mejorando el acceso a los servicios sanitarios incluso en zonas aisladas.
En sus observaciones finales, la Dra. Jakab subrayó que acelerar la inversión en telemedicina es esencial para seguir mejorando la atención primaria. A medida que ha aumentado la confianza pública en el sistema reformado de APS, también lo ha hecho la carga de trabajo de los equipos médicos. Aunque muchas tareas del sector de la APS son complejas, otras pueden racionalizarse o mejorarse utilizando la tecnología y la inteligencia artificial, lo que puede aliviar algunas de las tensiones de los profesionales sanitarios.
En general, el enfoque de Kazajstán para transformar su sistema de APS demuestra un modelo integral que da prioridad a la accesibilidad, la atención basada en la comunidad y la integración de los servicios de salud mental. Aprovechando los avances tecnológicos y fomentando un entorno sanitario multidisciplinar, Kazajstán está dando ejemplo a otras naciones que pretenden mejorar sus sistemas sanitarios y conseguir mejores resultados sanitarios para sus poblaciones.