A medida que disminuye la ayuda exterior, se insta a las naciones africanas a mejorar los sistemas fiscales para financiar las necesidades sanitarias. Los expertos subrayan la necesidad de una fiscalidad más justa y transparente para restablecer la confianza pública.
Con los recortes de la ayuda exterior agravando las crisis sanitarias en toda África, expertos y defensores de la causa instan a los gobiernos a mejorar los sistemas fiscales nacionales para financiar los servicios sanitarios. El CDC África y la ONU recomiendan aumentar los impuestos, incluidos los gravámenes solidarios sobre sectores como las compañías aéreas y las importaciones, para recaudar ingresos para la sanidad. Sin embargo, los expertos advierten de que sin equidad y transparencia, estos esfuerzos corren el riesgo de resistencia pública, sobre todo si los impuestos sobre el consumo afectan desproporcionadamente a los pobres.
Los economistas del desarrollo sostienen que, en lugar de centrarse en impuestos regresivos como el IVA, los gobiernos deberían dar prioridad a vías infrautilizadas como los impuestos sobre la propiedad y la renta de las personas ricas. La corrupción, los sistemas de datos deficientes y la reticencia política a gravar a las élites obstaculizan el progreso. Sin embargo, ejemplos como los esfuerzos de Uganda por gravar a las rentas altas demuestran que, con reformas específicas, los sistemas fiscales pueden ser más equitativos y eficientes.
En última instancia, la financiación sostenible de la sanidad en África requerirá voluntad política, una mejor administración fiscal e instituciones públicas más fuertes. A medida que aumentan los llamamientos en favor de una fiscalidad más justa, los líderes africanos deben equilibrar la urgencia de financiar los servicios básicos con la protección de las poblaciones de bajos ingresos frente a nuevas cargas. La próxima conferencia mundial sobre financiación puede constituir un foro fundamental para estos debates.