El sindicato de médicos de Bulgaria advierte de que un proyecto de sanidad rural financiado con dinero de la UE fracasará, ya que en las consultas trabajan enfermeras incapaces de utilizar los equipos previstos. Casi 800.000 personas carecen de acceso a médicos de cabecera, mientras que los bajos salarios provocan escasez de personal. Se avecinan protestas porque médicos y enfermeras exigen salarios más altos.
El sindicato nacional de médicos de Bulgaria ha criticado duramente al gobierno por la mala gestión de los fondos sanitarios de la UE, advirtiendo de que un proyecto clave para establecer consultas médicas en zonas rurales corre el riesgo de fracasar. Según el presidente de la Asociación Médica Búlgara (AMB), Nikolay Branzalov, el plan del Ministerio de Sanidad de abrir 100 consultorios médicos en pequeñas ciudades y pueblos, reducido de una promesa anterior de 300 debido a la escasez de personal, está mal diseñado y es poco probable que dé resultados.
El programa, con un presupuesto de 4,131 millones de euros, sólo asigna 41.000 euros por consultorio -principalmente para sueldos del personal-, mientras que se espera que el equipamiento y los suministros médicos, por valor de más de 38 millones de euros, se cubran a través del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia de la UE. Sin embargo, Branzalov argumentó que los consultorios estarán atendidos en su mayoría por enfermeros y paramédicos y no por médicos generalistas, lo que significa que no podrán prescribir legalmente tratamientos, emitir recetas ni manejar equipos avanzados como aparatos de ECG o desfibriladores. Acusó al gobierno de dar prioridad a la absorción de fondos de la UE frente a la mejora del acceso a la asistencia sanitaria, afirmando que los recursos se gastarían mejor en elementos esenciales como ambulancias y vehículos de cuidados intensivos.
Mientras tanto, las brechas de acceso siguen siendo graves en Bulgaria. Casi 800.000 ciudadanos de 3.891 localidades no tienen médico de cabecera, y muchos médicos se concentran en los centros urbanos. Un médico de cabecera atiende actualmente a 1.711 pacientes, por encima del objetivo mínimo nacional de 1.650. Los incentivos para los puestos rurales han tenido escaso efecto, y en dos años sólo se han abierto 34 nuevos consultorios.
La iniciativa de la sanidad rural se produce en medio de un descontento generalizado en el sector sanitario búlgaro. Los bajos salarios de las enfermeras y los médicos en formación están alimentando la escasez de personal, ya que muchos ganan menos de 1.000 euros al mes. Los trabajadores médicos exigen que los salarios se fijen en el 150% de la media nacional (1.900 euros), un cambio que podría aumentar el gasto sanitario hasta en 1.100 millones de euros. Los debates parlamentarios sobre esta cuestión están previstos para septiembre.