La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado nuevas orientaciones para ayudar a los países a hacer frente al grave impacto de los recortes de la financiación sanitaria mundial, que han reducido los servicios sanitarios esenciales en muchos países de renta baja y media (PRMB). Se prevé que la ayuda externa se reduzca en un 30-40% en 2025 en comparación con 2023, lo que perturbará servicios clave como la salud materna, la vacunación y la vigilancia de enfermedades.
Tituladas “Respuesta a la emergencia de financiación sanitaria: medidas inmediatas y cambios a más largo plazo”, las orientaciones esbozan opciones políticas para que los países salvaguarden los sistemas sanitarios, mejoren la eficiencia y refuercen la financiación nacional. La OMS insta a los gobiernos a tratar el gasto sanitario como una inversión en estabilidad social y económica, y no como un mero coste presupuestario.
Países como Kenia, Nigeria, Ghana y Uganda ya han aumentado la financiación sanitaria nacional o han introducido reformas fiscales para mantener los servicios. Las orientaciones refuerzan el compromiso más amplio de la OMS con la cobertura sanitaria universal (CSU) y unos sistemas sanitarios equitativos y resistentes mediante un uso eficiente de los recursos nacionales y una atención primaria más sólida.









