El PNUD está impulsando reformas de la economía de los cuidados en toda Asia-Pacífico, ayudando a los países a formalizar y valorar el trabajo de cuidados no remunerado. India pone a prueba modelos de cuidado infantil; Malasia desarrolla un marco nacional de cuidados; Bangladesh vincula la resiliencia climática con los medios de subsistencia de las mujeres; Nepal empodera a las mujeres marginadas mediante el apoyo a los ingresos; Mongolia reforma la política de cuidados; Pakistán refuerza los derechos legales; y Maldivas desafía las normas de género mediante la educación de los jóvenes.
En toda la región de Asia-Pacífico, las mujeres asumen una parte desproporcionada del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, lo que limita su participación en el empleo formal. Según el PNUD, la monetización de este trabajo podría añadir 3,8 billones de dólares a la economía regional y crear casi 300 millones de puestos de trabajo si se valorara y apoyara adecuadamente mediante reformas políticas y de protección social. Para conseguirlo, los países están poniendo a prueba diversas iniciativas que pretenden formalizar el trabajo de cuidados, mejorar la calidad del empleo y reforzar la igualdad de género.
En India, el PNUD es pionero en soluciones asequibles de cuidado infantil para familias urbanas de bajos ingresos, con el fin de ayudar a las mujeres en la transición del cuidado no remunerado al empleo formal. Mediante asociaciones público-privadas y una financiación innovadora, la iniciativa apoya centros de cuidado infantil comunitarios y en el lugar de trabajo, así como modelos de cuidado dirigidos por empresarios conocidos como “carepreneurship”. Estos proyectos piloto se están llevando a cabo en colaboración con socios e incluyen programas de certificación profesional para funciones como las de director de guardería y empresario del cuidado. Al fomentar un ecosistema de guarderías urbanas, esta iniciativa está ayudando a las mujeres a incorporarse al mercado laboral, al tiempo que mejora el acceso de los niños a servicios de atención de calidad.
Malasia, que se enfrenta a un rápido envejecimiento demográfico, está cambiando la narrativa de los cuidados de una responsabilidad privada a una prioridad pública. Se prevé que la proporción de malasios mayores de 65 años aumente del 8,1% en 2024 al 14,5% en 2040. La colaboración del PNUD con el Ministerio de Desarrollo de la Mujer, la Familia y la Comunidad ha dado lugar al informe 2023 “Enabling Investments into the Malaysian Care Economy”, que replantea los cuidados como una infraestructura esencial. Basándose en estas conclusiones, el PNUD está asesorando sobre el Marco Estratégico y Plan de Acción de Cuidados de Malasia (2026-2030), el primer esfuerzo nacional para institucionalizar los servicios de cuidados, incluido el establecimiento de modelos de cuidados basados en la comunidad.
En Bangladesh, el cambio climático ha agravado la carga de trabajo asistencial no remunerado de las mujeres, especialmente en las comunidades propensas a la sequía y afectadas por las inundaciones. El PNUD y el FNUDC han puesto en marcha soluciones basadas en la naturaleza, como la recogida de agua de lluvia y el riego solar, en 29 upazilas, beneficiando a más de 65.000 personas. Estas intervenciones, que llegan a más de 36.000 mujeres, reducen el tiempo dedicado a las necesidades básicas del hogar, al tiempo que ayudan a más de 42.000 hogares a adoptar medios de vida resistentes al clima. Al integrar las políticas de adaptación con el desarrollo local, el programa capacita a las mujeres para equilibrar el trabajo de cuidados con la generación de ingresos a través del ecoemprendimiento.
La iniciativa Prayash de Nepal, ejecutada conjuntamente por el PNUD, ONU Mujeres, el Rastriya Banijya Bank y la Universidad de Pokhara, proporciona ingresos temporales y apoyo a los medios de subsistencia de las mujeres marginadas afectadas por la pandemia. Dirigida a madres solteras, mujeres con discapacidades y antiguas jornaleras, la iniciativa ha ayudado a más de 2.350 mujeres a recuperar la independencia económica y la dignidad. Mediante la formación en conocimientos financieros y la vinculación de las beneficiarias a oportunidades económicas formales, Prayash encarna el programa Equanomics más amplio del PNUD, que trata de integrar la protección social con el empoderamiento económico sensible al género.
En Mongolia, donde las mujeres realizan cuatro veces más trabajo de cuidados no remunerado que los hombres, el PNUD ha apoyado reformas legislativas que incorporan explícitamente consideraciones de género y cuidados en las políticas de empleo y educación. La organización también está llevando a cabo evaluaciones de mercado para identificar las carencias en los servicios de cuidados y desarrollar soluciones de financiación mixta para ampliar el acceso de los niños, los ancianos y las personas con discapacidad.
Mientras tanto, en Pakistán, la iniciativa del PNUD Acceso a la Justicia está aumentando el apoyo jurídico a los trabajadores asistenciales marginados, incluidas las mujeres, las personas transgénero y las personas que viven con el VIH. El proyecto ha llegado a 10.000 personas y ha creado sistemas de derivación que conectan la asistencia jurídica con los servicios sanitarios y de alojamiento, garantizando la protección y los derechos de los trabajadores asistenciales.
Por último, en las Maldivas, el PNUD aborda las normas sociales que sustentan el cuidado no remunerado mediante el programa de educación entre iguales para jóvenes Eku’ Ekee, que promueve la igualdad de género y la no violencia. Al implicar a los jóvenes, incluidas las personas con discapacidad, la iniciativa ayuda a cambiar las actitudes que perpetúan las cargas desiguales del cuidado.
En conjunto, estas iniciativas nacionales ilustran cómo la integración de los cuidados en la planificación económica, los marcos jurídicos y los sistemas de protección social puede transformar el trabajo no remunerado en una fuente de empoderamiento, empleo y desarrollo sostenible en toda la región de Asia y el Pacífico.



