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Por qué es importante la Cobertura Sanitaria Universal en África Occidental y Central - P4H Network

Por qué es importante la Cobertura Sanitaria Universal en África Occidental y Central

En la TICAD de Japón, la CSU ocupó un lugar central, ya que la población joven y en rápido crecimiento de África subraya la necesidad de unos sistemas sanitarios más sólidos. A pesar de los déficits de financiación y los riesgos persistentes, el Banco Mundial y sus socios pretenden ampliar el acceso, aumentar la resiliencia y crear empleo, con la salud como elemento central del futuro de África.

Mientras los líderes africanos, los representantes del sector privado, la sociedad civil y los socios internacionales se reúnen en Japón para la novena Conferencia Internacional de Tokio sobre el Desarrollo de África (TICAD), la salud se ha convertido en un tema central. Esto refleja el creciente reconocimiento de que la Cobertura Sanitaria Universal (CSU) -garantizar el acceso a servicios sanitarios y de nutrición de calidad sin tensiones financieras- es esencial para el bienestar humano, el potencial económico y la resiliencia a largo plazo.

Lo que está en juego es especialmente importante en África Occidental y Central, una de las regiones más jóvenes y de más rápido crecimiento del mundo. Se espera que nazcan allí más de 200 millones de niños en los próximos 25 años, lo que significa que en 2050 casi una quinta parte de la juventud mundial vivirá en la región. Este impulso demográfico podría impulsar el crecimiento económico, pero sólo si se invierte en salud y nutrición desde los primeros años. Estas inversiones no sólo son vitales para la supervivencia infantil y los resultados del aprendizaje, sino también para fomentar una mano de obra sana y cualificada. La mejora de los sistemas sanitarios también implica la creación de empleo: la región podría añadir 1,4 millones de puestos de trabajo sanitarios profesionales y 800.000 puestos de trabajadores sanitarios comunitarios. Ampliar la fabricación de productos farmacéuticos en África reforzaría las economías locales, invertiría la fuga de cerebros y mejoraría la autosuficiencia. Además, unos trabajadores sanos se traducen en una mayor productividad; en Ghana, el 40% de los días de trabajo perdidos están relacionados con la malaria, lo que subraya el coste de la mala salud.

La resiliencia es igualmente importante. La pandemia de COVID-19, el ébola y otras crisis revelaron cómo los sistemas frágiles pueden desmoronarse, interrumpiendo la atención esencial y erosionando la confianza pública. Los sistemas más sólidos deben prestar atención rutinaria y responder eficazmente a las emergencias. En todo el continente, la innovación está tomando forma. Nigeria está dando prioridad a la atención primaria y a la colaboración intersectorial, Costa de Marfil está ampliando su seguro nacional de enfermedad con asociaciones del sector privado, Ghana está llevando a cabo reformas de la financiación sanitaria para una atención integrada, y varios países del Sahel están utilizando la financiación basada en el rendimiento para mejorar los resultados. Países como Senegal y Madagascar están ofreciendo ejemplos en la lucha contra la desnutrición que otros pueden emular.

Sin embargo, los retos siguen siendo enormes. El acceso a los servicios esenciales sigue siendo muy desigual, y la región se enfrenta a riesgos superpuestos de pandemias, crisis climáticas, inseguridad alimentaria y conflictos. El gasto público en sanidad es persistentemente bajo, muy por debajo del punto de referencia del 15% de la Declaración de Abuja, mientras que la financiación de los donantes internacionales está disminuyendo. Esto ha hecho que sea urgente movilizar más financiación nacional y utilizar los recursos existentes de forma mucho más eficiente.

El Banco Mundial -en estrecha colaboración con los gobiernos, Japón y la Organización Mundial de la Salud- se ha comprometido a ampliar el acceso a la salud y la nutrición a 1.500 millones de personas para 2030, incluidos 200 millones en África Occidental y Central. En junio de 2025, el Banco lanzó una nueva estrategia sanitaria regional con tres pilares: “Primero la primera línea”, centrada en la atención primaria y comunitaria de calidad; “Arreglar la financiación”, dirigida a una inversión más inteligente y creciente en salud; y “Futuro adecuado”, centrada en la creación de sistemas resistentes que puedan soportar las crisis. El liderazgo de Japón en materia de CSU ha sido fundamental para movilizar recursos, y nuevas plataformas como el Centro de Conocimientos sobre la CSU de Tokio reforzarán el intercambio mundial de conocimientos con especial atención a África.

Aunque la cobertura sanitaria universal en África Occidental y Central llevará tiempo, la combinación de voluntad política, financiación más inteligente, innovación y cooperación internacional ofrece una vía creíble para avanzar. El Banco Mundial subraya que seguirá apoyando a las naciones africanas en este esfuerzo, basado en el principio de que la salud no es un privilegio, sino un derecho universal.

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