La gratuidad del parto en Kinshasa es una iniciativa loable, ya que promoverá la salud materna, la equidad y reducirá la tasa de mortalidad materna y neonatal. ¿Es un paso hacia la CSU? Patrick Ndjadi Ombombo, experto en cobertura sanitaria, tiene algunas preguntas.
Para el Defensor del Derecho a la Salud, la comunicación del gobierno sobre la política de gratuidad del parto, el calendario y las fases de aplicación siguen sin estar claros.
“Tenemos la impresión de que estamos más en la promoción de la maternidad que en un proceso de visión holística de la CSU (Cobertura Sanitaria Universal)”.
Es probable que esta situación acabe influyendo en la percepción que tienen los ciudadanos de la realidad del programa de asistencia sanitaria gratuita y haga que su aplicación resulte confusa. Es más, la política de gratuidad también puede tener el efecto contrario, es decir, el pago de determinados servicios complementarios e indirectos. Los cuidadores suelen crear esta situación para recuperar los ingresos perdidos si no están muy bien pagados.
“¿Cómo podemos lanzar una política de tal envergadura sin abordar la cuestión del número de camas por habitante, la de los pagos salariales del personal asistencial, de la que el problema de las huelgas repetidas no es más que la punta del iceberg?
La introducción de la gratuidad del parto en la RDC, sin abordar las cuestiones del número de camas hospitalarias y de médicos por habitante, y sin resolver el problema de las huelgas de la profesión médica, sería la crónica de un fracaso previsible. Y con ello se correría incluso el riesgo de destruir el sueño de implantar la cobertura sanitaria universal en su visión holística.
La Tribuna de Expertos en Cobertura Sanitaria también menciona esta misma política en los países del Sahel, Malí y Senegal.