La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto la necesidad de invertir en la capacidad de servicio y la resistencia de los sistemas sanitarios de los países insulares del Pacífico. En respuesta a esta necesidad, el Banco Mundial puso en marcha tres operaciones de Fortalecimiento del Sistema Sanitario en Samoa (2020), Kiribati (2022) y Tuvalu (2022).
Los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) del Pacífico se enfrentan a importantes retos en materia de asistencia sanitaria debido a su dispersión geográfica y a la diversidad de sus economías repartidas en 30 millones de kilómetros cuadrados de océano. A pesar de su compromiso con la cobertura sanitaria universal, la gestión de la asistencia sanitaria se complica por la necesidad de costosas derivaciones al extranjero cuando no se dispone de servicios en el país.
La región también se enfrenta a algunas de las tasas más elevadas de enfermedades no transmisibles (ENT) del mundo, que provocan altas tasas de mortalidad prematura y discapacidad. La mala alimentación y la inactividad han dado lugar a niveles alarmantes de obesidad, que repercuten negativamente en los resultados de la salud reproductiva materna, neonatal, infantil y adolescente (RMNCAH). Además, las comunidades se enfrentan a enfermedades infecciosas recurrentes como la fiebre tifoidea, el dengue, la tuberculosis y el VIH, lo que sobrecarga aún más los sistemas sanitarios. Las envejecidas instalaciones sanitarias corren el riesgo de sufrir catástrofes inducidas por el clima, y los inadecuados modelos de prestación de servicios no consiguen abordar los problemas sanitarios antes de que se agraven.
Desde 2016, el Banco Mundial ha colaborado activamente con los PEID del Pacífico para reforzar sus sistemas sanitarios mediante servicios de asesoramiento y análisis. Esta colaboración ha ayudado a países como Kiribati, Samoa y Tuvalu a conocer mejor sus sistemas sanitarios e iniciar reformas estratégicas. Las lecciones aprendidas de la pandemia de COVID-19 han influido en las operaciones de inversión, centrándose en aumentar la capacidad nacional de prestación de servicios para mejorar la calidad de la atención sanitaria primaria y secundaria, al tiempo que se abordan las ENT y la resiliencia climática. Se ha prestado especial atención a los grupos vulnerables, incluidos los que viven en comunidades remotas y las personas con discapacidad.
Entre las innovaciones destacables se encuentran el enfoque basado en los resultados de Samoa, el aprovechamiento de los grupos comunitarios para la promoción de la salud y la mejora de la infraestructura digital para una mejor gestión de los pacientes, especialmente para la hipertensión y la diabetes. El Banco Mundial también ha mejorado la conectividad digital en Tuvalu y Kiribati para facilitar la asistencia a distancia en medio de la escasez de profesionales sanitarios.
Entre 2020 y 2024, aproximadamente 340.000 personas de Kiribati, Samoa y Tuvalu se han beneficiado de proyectos de fortalecimiento de los sistemas sanitarios apoyados por el Banco Mundial.
- En Samoa, los centros sanitarios rurales han realizado con éxito pruebas de detección de la hipertensión y la diabetes al 70% de los adultos, lo que ha aumentado significativamente la concienciación sobre los factores de riesgo de las ENT.
- En Kiribati, el 40% del personal sanitario ha recibido nueva formación, y los servicios de transporte de los hospitales cubren ya al 80% de la población.
- En Tuvalu, las mejoras del Hospital Princesa Margarita pretenden mejorar el acceso a los servicios sanitarios esenciales y reducir la necesidad de costosas derivaciones al extranjero, mientras que los esfuerzos de divulgación se centran en combatir las ENT, que constituyen un reto sanitario primordial en toda la región.