Un estudio realizado durante una década en Kenia descubrió que las transferencias de efectivo reducían la mortalidad infantil casi a la mitad. Los resultados, de los que informa The New York Times, ponen de relieve nuevas pruebas sobre la reducción de la pobreza y los resultados sanitarios.
Un nuevo estudio del que informa The New York Times muestra que las transferencias incondicionales de efectivo a las familias pobres de Kenia redujeron significativamente la mortalidad infantil. Realizado entre 2014 y 2017, el programa entregó 1.000 dólares en tres plazos a más de 10.500 hogares del condado de Siaya a través de la organización sin ánimo de lucro GiveDirectly. Los investigadores hicieron un seguimiento de los participantes durante una década, comparando los resultados con los hogares que no recibieron fondos.
El estudio descubrió que la mortalidad infantil disminuyó casi un 50%, y las muertes de niños menores de cinco años se redujeron un 45%. Los resultados sugieren que cuando las familias recibían fondos cerca del parto, tenían más probabilidades de acceder a la atención prenatal, dar a luz en hospitales y proporcionar una nutrición adecuada. Los investigadores también observaron que las familias que recibían transferencias de efectivo eran más resistentes durante las sequías y la pandemia de COVID-19.
Otros resultados mostraron efectos económicos más amplios, ya que cada dólar transferido generó unos 2,50 dólares en actividad empresarial. El estudio, publicado por la Oficina Nacional de Investigación Económica, se suma a las pruebas mundiales sobre el papel de las transferencias directas de efectivo en la configuración de los resultados de salud y desarrollo.