Nigeria se enfrenta a graves problemas de sanidad pública, ya que más del 90% de la población depende de los pagos directos, lo que provoca importantes dificultades económicas y altas tasas de enfermedades y muertes evitables. A pesar de la creación de la Autoridad Nacional de Seguros Sanitarios para mitigar estos costes, menos del 5% de los nigerianos están asegurados, lo que pone de manifiesto la urgente necesidad de ampliar la cobertura de los seguros y aumentar la financiación de la sanidad pública para mejorar el acceso a una asistencia de calidad.
Nigeria se enfrenta a importantes retos en materia de sanidad pública, agravados por una elevada tasa de pobreza, ya que más del 56% de la población vive por debajo del umbral de pobreza. Esta situación económica obliga a los ciudadanos a soportar la carga de los crecientes gastos sanitarios directos, lo que provoca graves dificultades económicas y perpetúa un ciclo de pobreza y malos resultados sanitarios. Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial, más del 90% de los nigerianos dependen de los gastos de bolsillo para la atención sanitaria, una de las tasas más altas del mundo. Esta dependencia hace que millones de familias caigan anualmente en la pobreza, ya que los gastos sanitarios catastróficos consumen una gran parte de los presupuestos familiares. Las consecuencias de esta situación son graves.
Nigeria es responsable del 12% de la mortalidad materna mundial, y aproximadamente el 95% de estas muertes son evitables. La falta de acceso a una asistencia sanitaria asequible y de calidad provoca enfermedades crónicas no tratadas y agrava las urgencias médicas agudas, deteriorando en última instancia la salud general de la población. La OMS aboga por la Cobertura Sanitaria Universal (CSU), con el objetivo de garantizar que todo el mundo pueda acceder a servicios sanitarios de calidad sin dificultades económicas.
En respuesta a los riesgos financieros asociados a los pagos a cuenta, Nigeria creó en 2005 la Autoridad Nacional del Seguro Sanitario (NHIA), con la intención de proporcionar acceso a una asistencia sanitaria de calidad y proteger a los hogares de las cargas financieras. Sin embargo, casi dos décadas después, los datos indican que menos del 5% de los nigerianos, principalmente trabajadores del gobierno, están asegurados por este régimen. Además, sólo alrededor del 3% de la población tiene un seguro sanitario privado, normalmente proporcionado a través de las empresas. A pesar de los esfuerzos del gobierno por mitigar el impacto del gasto a domicilio, las estadísticas revelan un problema persistente.
Varios factores determinantes contribuyen a los elevados niveles de gasto sanitario OOP en Nigeria. Los gastos del propio bolsillo suelen implicar el pago de tasas a los usuarios en los centros sanitarios públicos y pagos a los proveedores sanitarios privados. La eficacia del sistema sanitario público depende en gran medida de las asignaciones presupuestarias del gobierno, que históricamente han sido inadecuadas. Como consecuencia, los hogares se encuentran a menudo pagando directamente los servicios sanitarios, lo que aumenta sus gastos generales. Las investigaciones también indican que es más probable que los hogares más pobres acudan a proveedores informales, como los curanderos tradicionales, en lugar de a centros sanitarios de nivel superior.
Hallmark Health Services Limited, una destacada Organización para el Mantenimiento de la Salud (HMO) de Nigeria, insiste en la necesidad de romper el ciclo del gasto a domicilio y avanzar hacia la cobertura sanitaria universal. La organización cree que las soluciones innovadoras pueden permitir a los nigerianos acceder a la asistencia sanitaria sin temor a la ruina económica.
Para abordar eficazmente los retos de la asistencia sanitaria OOP en Nigeria, pueden aplicarse varias estrategias progresivas. En primer lugar, es vital ampliar la cobertura del seguro sanitario social. Es crucial aumentar la inscripción en el NHIA, con el objetivo de que el seguro sea obligatorio para todos los ciudadanos, complementado con primas subvencionadas para las familias con bajos ingresos. Esto aumentaría el conjunto de riesgos y mejoraría la sostenibilidad financiera, al tiempo que garantizaría un acceso equitativo a los servicios sanitarios esenciales. Además, aumentar la financiación de la sanidad pública es esencial para eliminar las tarifas a los usuarios, que contribuyen al gasto de los pacientes externos. Mejorando la calidad de la atención en los centros sanitarios públicos, el gobierno puede garantizar que los servicios sigan siendo asequibles, sobre todo para las familias con rentas bajas. La aplicación de estas estrategias es crucial para avanzar hacia un sistema sanitario más equitativo y eficaz en Nigeria.