La financiación del sector sanitario brasileño se organiza principalmente a través del Sistema Único de Salud (SUS), un sistema sanitario público establecido por la Constitución Federal de 1988. El SUS proporciona asistencia médica gratuita a todos los ciudadanos y residentes permanentes. Además del SUS, el sector privado desempeña un papel importante en la financiación y prestación de servicios sanitarios.
A pesar de la financiación pública, el gasto directo sigue siendo elevado
Tres niveles de gobierno financian el SUS: federal, estatal y municipal. La descentralización de la financiación permite a los gobiernos locales adaptar sus servicios sanitarios a las necesidades específicas de su población. El gobierno federal transfiere recursos a los estados y municipios a través de distintos mecanismos, como el Fondo Nacional de Salud. Los criterios de distribución de estos fondos incluyen factores como la población, las necesidades sanitarias y la capacidad fiscal estatal y municipal.
Se están abordando los retos pendientes
El gobierno ha promulgado reformas, como el refuerzo de la atención primaria y la modificación de la Ley de Responsabilidad Fiscal (para permitir una mayor transparencia en el uso de los recursos). Ambas son medidas positivas para avanzar hacia un sistema sanitario más sostenible y eficiente.