Lesoto asignó el 12% de su PIB y el 11% de su presupuesto nacional total a la sanidad en 2020. El gasto sanitario corriente (GCS) comprende estas aportaciones: 52% del gobierno, 33% de los donantes y 15% de los gastos de bolsillo. Lesoto no tiene seguro nacional, pero el gobierno asigna recursos a la atención sanitaria primaria y secundaria, para que la asistencia sea asequible.
En 2008, Lesoto puso en marcha una política de tarifas para los usuarios, que establecía que la atención sanitaria primaria sería gratuita y que la secundaria y la terciaria recibirían importantes subvenciones. El refuerzo del sistema y la eliminación de las tasas de usuario mejoraron el acceso a la atención materna y redujeron las tasas de mortalidad neonatal en Lesoto.