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Mejorar la equidad sanitaria es vital para el bienestar individual y social, como demuestran las importantes disparidades en la esperanza de vida en toda Inglaterra. El National Institute for Health and Care Excellence (NICE ) destaca la importancia de reducir las desigualdades sanitarias, reconociendo que el desarrollo y la evaluación de fármacos pueden desempeñar un papel crucial. Las agencias de evaluación de tecnologías sanitarias (HTA) deben incorporar consideraciones de equidad, en particular para las afecciones con disparidades conocidas, a fin de animar a las empresas farmacéuticas a generar pruebas de apoyo. El análisis coste-eficacia distributivo (ACED) se ha revelado como un método valioso para evaluar los beneficios y costes sanitarios en distintas poblaciones, como se demostró en la reciente evaluación del NICE del autotemcel exagamglogénico para la anemia falciforme. El establecimiento de un marco colaborativo de equidad sanitaria podría normalizar las consideraciones de equidad en la HTA y mejorar el acceso equitativo a los medicamentos, permitiendo una prosperidad impulsada por la salud.