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El camino de Suecia hacia la cobertura sanitaria universal se desarrolló a lo largo de un siglo, comenzando con políticas destinadas a proporcionar acceso a los más necesitados y culminando en 1955 con el seguro obligatorio y la igualdad de derechos sanitarios para todos. Las garantías legales para la equidad horizontal (acceso igual para todos) surgieron en 1983, seguidas de la equidad vertical (prioridad basada en la necesidad) en 1997, con reformas posteriores que introdujeron la libre elección y la privatización para abordar los retos del acceso. Aunque Suecia sigue ocupando un lugar destacado en cuanto a asequibilidad y equidad, los seguros privados emergentes y las barreras organizativas han empezado a cuestionar el acceso universal, lo que plantea interrogantes sobre la trayectoria futura de su modelo de bienestar.