El informe Cuentas Nacionales de Salud de Afganistán 2020 destaca la importante dependencia de la financiación internacional, la urgente necesidad de inversión nacional y las disparidades en el acceso a la atención sanitaria entre las distintas regiones.
Las Cuentas Nacionales de Salud de Afganistán 2020 detallan los fundamentos económicos del sistema sanitario del país, haciendo hincapié en las deficiencias y dependencias críticas que caracterizan al sector. Un aspecto central del informe es la continua y fuerte dependencia de la financiación internacional para mantener los servicios sanitarios, lo que presenta un futuro precario para la sostenibilidad de la sanidad afgana si no se producen cambios sustanciales en las estructuras de financiación.
El informe identifica un considerable déficit de financiación que los recursos nacionales aún no han cubierto, siendo los donantes internacionales los que proporcionan la mayor parte de la ayuda financiera. Esta dependencia externa plantea riesgos significativos, especialmente con los cambios políticos mundiales y los posibles recortes de financiación. Además, las cuentas muestran que el gasto de bolsillo de las familias afganas sigue siendo desproporcionadamente alto, lo que contribuye a las dificultades económicas y limita el acceso a los servicios sanitarios necesarios para muchos, especialmente en las comunidades empobrecidas.
Además, las cuentas de 2020 subrayan las disparidades en la prestación de asistencia sanitaria entre las zonas urbanas y rurales. Las regiones rurales adolecen de instalaciones sanitarias inadecuadas y de escasez de profesionales sanitarios, lo que compromete la calidad y la accesibilidad de la atención médica para las poblaciones rurales. Esta situación exige inversiones específicas en infraestructuras sanitarias rurales para salvar la brecha urbano-rural y mejorar la equidad sanitaria.