El informe Cuentas Nacionales de Salud de Afganistán 2021 revela una grave falta de financiación de la asistencia sanitaria, y subraya la urgente necesidad de aumentar la inversión nacional e internacional para mejorar la infraestructura y los servicios de salud pública.
Las Cuentas Nacionales de Salud de Afganistán 2021 ofrecen una visión general de la dinámica financiera de la sanidad del país, destacando tanto los retos persistentes como las áreas que necesitan atención urgente. El documento describe los flujos financieros dentro del sector sanitario, revelando una dependencia significativa de la financiación externa junto con una inversión nacional limitada. Este análisis es crucial para comprender las limitaciones y el potencial de mejora de los servicios sanitarios en todo el país.
El informe indica que una parte sustancial de la financiación sanitaria procede de donantes internacionales, tendencia que se mantiene desde hace años debido a la inestabilidad política y económica del país. Esta dependencia pone de manifiesto una situación precaria en la que la prestación de asistencia sanitaria podría verse gravemente amenazada si disminuye la ayuda exterior sin un aumento correspondiente de la financiación nacional. Además, el análisis muestra que los gastos de bolsillo de los hogares siguen siendo elevados, lo que indica no sólo una carga considerable para la ciudadanía, sino también posibles obstáculos para acceder a los servicios sanitarios necesarios. Esta situación se ve agravada por la limitada cobertura y capacidad de los centros sanitarios públicos, lo que lleva a muchos a buscar asistencia privada más cara.
Además, el documento destaca las disparidades en el acceso y la calidad de la asistencia sanitaria entre las zonas urbanas y rurales, así como entre los distintos grupos socioeconómicos. La falta de infraestructuras, profesionales sanitarios y suministros esenciales en las zonas rurales son preocupaciones primordiales que deben abordarse para garantizar un acceso equitativo a la asistencia sanitaria en todas las regiones. El informe sugiere que la inversión estratégica en infraestructuras sanitarias públicas, sobre todo en las zonas desatendidas, es esencial para mejorar los resultados sanitarios generales.