Los éxitos logrados en algunos países africanos en la extensión de la protección social a los agentes de la economía informal confirman la necesidad2 de una revisión completa del pensamiento convencional, e incluso de un cambio de paradigma. Recomiendan tener en cuenta la dinámica local que ya existe en la economía sumergida. E incluso si la voluntariedad, ensayada desde hace años en otros países, no parece una opción mejor, tener en cuenta los procesos endógenos de “drenaje” de los actores, incorporados a sus prácticas y a sus esquemas de solidaridad, podría sortear la inercia del “voluntarismo”. Estas experiencias proporcionan directrices para la acción en Camerún.