La pandemia de COVID-19 puso al descubierto las devastadoras consecuencias de la crónica falta de inversión en prevención, preparación y respuesta ante pandemias (PPPR). A pesar del asombroso balance -más de 28 millones de muertes en exceso y billones de dólares en pérdidas económicas-, el sistema mundial de financiación de la seguridad sanitaria sigue estando fragmentado, es incoherente y carece de fondos suficientes. En 2025, la retirada de los principales donantes, sobre todo Estados Unidos, ha puesto de manifiesto la fragilidad de un modelo dependiente de la ayuda. Los países de renta baja y media se enfrentan ahora a retos agravados: la reducción de la financiación, el aumento de los riesgos sanitarios y los efectos desestabilizadores de los conflictos y el cambio climático.
Este informe del Grupo Independiente de Preparación y Respuesta ante una Pandemia exige una acción urgente y transformadora. Esboza las deficiencias críticas de financiación y explora tanto los mecanismos existentes como las alternativas emergentes, como el Fondo Pandémico y el Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad del FMI. El mensaje es claro: las soluciones parcheadas ya no son viables. Los líderes deben comprometerse a reparar el sistema roto o aprovechar este momento para construir una arquitectura de financiación sanitaria mundial nueva, resistente y equitativa.