El décimo informe del Centro para el Desarrollo Sanitario de la Organización Mundial de la Salud sobre la financiación de los cuidados de larga duración explora un aspecto crucial de la prestación de cuidados en entornos de ingresos bajos y medios: el papel de los cuidadores informales. Como columna vertebral de los sistemas de cuidados a largo plazo (CLD), los cuidadores informales -a menudo familiares o amigos- prestan un apoyo esencial a las personas mayores en la realización de actividades cotidianas como bañarse, vestirse y desplazarse. En muchos países, sobre todo en los que el acceso a los servicios de cuidados de larga duración financiados con fondos públicos es limitado, estos cuidadores informales cubren un vacío importante, sustituyendo de hecho a las opciones de cuidados formales.
El impacto económico de los cuidados informales es considerable, con estimaciones que sugieren que su valor oscila entre el 0,8% y el 4,9% del producto interior bruto (PIB) anual, lo que refleja las considerables pérdidas de tiempo y productividad asociadas a las responsabilidades de los cuidadores. Este informe subraya la acuciante necesidad de una mayor inversión en sistemas formales de asistencia sanitaria de larga duración, que no sólo faciliten una mejor atención a los adultos mayores, sino que también apoyen a los cuidadores informales para que puedan compaginar sus tareas de cuidado con el empleo remunerado. Mediante la aplicación de políticas laborales de apoyo y prestaciones económicas, así como la integración de la tecnología, los países pueden mejorar el bienestar tanto de los cuidadores como de los receptores de los cuidados, promoviendo en última instancia un marco de AT más sostenible.