La revista Journal of Social Science and Medicine concluye que las provincias canadienses con mayor gasto público en sanidad registran un descenso de las muertes evitables a lo largo del tiempo, especialmente en el caso de los hombres. El gasto curativo tuvo menos impacto, lo que sugiere que la inversión a largo plazo en prevención es clave.
Los investigadores examinaron los datos de las diez provincias canadienses a lo largo de casi cuatro décadas (1979-2017). Buscaron conexiones entre el gasto sanitario público y las tasas de mortalidad, sobre todo por causas evitables.
El estudio halló una relación clara: las provincias con mayor gasto sanitario público experimentaron un descenso de las muertes evitables a lo largo del tiempo. Este efecto fue especialmente pronunciado en el caso de los hombres, ya que un aumento del 1% en el gasto sanitario público se tradujo en una disminución del 0,29% en las muertes evitables de varones. Aunque también se observó cierta disminución en las mujeres, fue menos significativa.
El estudio comparaba el gasto en salud pública con el gasto curativo, que se centra en el tratamiento de enfermedades existentes. Curiosamente, el gasto curativo mostró una asociación más débil con la reducción de las tasas de mortalidad. Esto sugiere que las inversiones a largo plazo en iniciativas de salud pública -como la prevención de enfermedades, la promoción de la salud y la vigilancia de la salud de la población- pueden ser más eficaces para reducir las tasas de mortalidad general a largo plazo.
Los investigadores también profundizaron en la comprensión de las causas específicas de muerte en las que podría influir el gasto sanitario público. Los autores descubrieron que la reducción de las muertes por algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares contribuyó probablemente al descenso general de la mortalidad evitable.
Estos resultados cuestionan la idea de que el gasto en salud pública sólo es valioso si produce resultados inmediatos. Este estudio aporta pruebas de que tales inversiones, aunque tardan en mostrar todo su impacto, pueden mejorar significativamente los resultados sanitarios de la población a largo plazo. Al dar prioridad al gasto en salud pública, los responsables políticos pueden salvar vidas y crear un futuro más sano para los canadienses.