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Lista de deberes de los líderes mundiales en 2024: Próximos pasos para garantizar la financiación de la pandemia - P4H Network

Lista de deberes de los líderes mundiales en 2024: Próximos pasos para garantizar la financiación de la pandemia

El Centro para el Desarrollo Global (CGD) reunió a un grupo de expertos que han estado trabajando en pandemias y su financiación. El objetivo del acto era trazar los próximos pasos de la agenda de financiación de la pandemia e identificar algunas áreas específicas de actuación política.

A continuación, P4H reproduce el artículo original publicado en el sitio web del CGD.

Mientras los responsables políticos y financieros fijan sus prioridades para 2024, hemos reunido a un grupo de expertos que han trabajado en pandemias y su financiación desde diversas perspectivas, como la epidemiología, la economía, los seguros, la política y la defensa. El objetivo de nuestro acto era trazar los próximos pasos de la agenda de financiación de la pandemia e identificar algunas áreas específicas y significativas de actuación política.

Tras las crisis agravadas de los últimos años, es comprensible que los dirigentes políticos y la opinión pública deseen dejar las pandemias en el retrovisor y centrarse en otras cuestiones. Sin embargo, la evidencia es intermitente roja que retrasar la acción para mejorar la prevención de pandemias, la preparación y la respuesta sólo aumentará el riesgo de pérdidas catastróficas-en vidas y economías-dado una muy alta probabilidad de otra pandemia COVID-severa en nuestra vida. Este blog recoge los puntos clave de nuestro debate y establece una agenda de acción sobre la financiación de la pandemia en 2024 para los líderes mundiales (por favor, vea el evento completo).

La seguridad mundial y los bienes públicos mundiales como fundamento

Las pandemias no son sólo cuestiones de desarrollo global, sino también de seguridad global. El impacto económico de las pandemias es asombroso. Se calcula que la economía mundial habrá incurrido en costes de al menos 13,8 billones de dólares hasta 2024 debido al COVID-19. Además, la pérdida de más de 20 millones de vidas subraya la urgencia de abordar las pandemias desde la perspectiva de la seguridad. Invertir en prevención, preparación y respuesta ante una pandemia no es sólo un imperativo moral, sino también crucial para la seguridad mundial.

La comunidad mundial debe adoptar una perspectiva de bienes globales en lugar de un enfoque de la financiación de la pandemia únicamente país por país. Los mecanismos de financiación existentes funcionan principalmente país por país, pero las pandemias pueden originarse en cualquier parte y propagarse rápidamente por todo el mundo. Por lo tanto, los mecanismos de financiación deben dar prioridad a los resultados globales y regionales más que a los intereses de cada país, aunque la ejecución de la mayoría de las actividades de preparación y respuesta se llevará a cabo normalmente a nivel nacional. Inversiones como las realizadas por la Coalition for Preparedness Innovations (CEPI) en el desarrollo de vacunas contra diversos patógenos ejemplifican la importancia de esta perspectiva global.

El gran riesgo de pandemia, subestimado

Un nuevo documento de trabajo publicado por el Centro para el Desarrollo Global y las Prioridades de Control de Enfermedades (DCP-4) estima el riesgo epidémico y pandémico, con el fin de proporcionar a los responsables políticos un marco para priorizar las inversiones en preparación ante una pandemia. El mensaje principal es que el riesgo futuro de pandemia es más importante de lo que se cree y está dominado por patógenos respiratorios.

Madhav y sus colegas calcularon que la pérdida media anual mundial por futuras epidemias y pandemias rondaría los 2,5 millones de muertes. Esta cifra, comparable a la mortalidad anual por infecciones de las vías respiratorias inferiores antes de COVID-19, subraya la gravedad de la situación.

Contrariamente a la creencia popular, los acontecimientos de la magnitud de COVID-19 no se producen una vez cada siglo. En un año determinado, hay entre un 2% y un 3% de probabilidades de que se produzca un suceso de nivel COVID, lo que se traduce en más de un 50% de probabilidades en un periodo de 25 años. Además, estas estimaciones son conservadoras, ya que sólo tienen en cuenta un subconjunto de pandemias potenciales, excluyendo otros patógenos y factores como la creciente frecuencia y gravedad de los eventos causados por virus zoonóticos, fuentes de riesgo no naturales como el bioterror y el bioterrorismo, y posibles impactos no mortales, como la morbilidad o la perturbación de la sociedad.

Reforzar los sistemas de vigilancia y los esfuerzos de prevención

Las inversiones estratégicas en prevención, preparación y respuesta ante una pandemia pueden reducir sustancialmente este riesgo. A pesar de los notables avances, la actual infraestructura de seguimiento (para la llamada “vigilancia de pandemias”) no llega a proporcionar los flujos de datos completos necesarios para una toma de decisiones oportuna e informada.

Los sistemas de vigilancia continua y la capacidad de diagnóstico deben reforzarse en todo el mundo, con inversiones alineadas con el refuerzo de los sistemas sanitarios para garantizar la resiliencia. Las tecnologías emergentes, como las aguas residuales y la vigilancia genómica, ofrecen vías prometedoras para mejorar los sistemas de alerta temprana y evitar posibles pandemias.

Además, dar prioridad a las iniciativas de prevención, en particular las dirigidas a puntos geográficos conflictivos, también puede tener unos beneficios especialmente elevados que se acumulen a nivel mundial y no en países concretos, lo que hace necesaria la inversión como bienes públicos mundiales. También es clave alinear los incentivos para reducir las sanciones de los países que denuncian.

Dotación completa del Fondo de Lucha contra la Pandemia

La buena noticia es que los dirigentes han dado algunos pasos adelante para mejorar el panorama de la financiación de las pandemias a raíz de la COVID-19 para hacer frente a la amenaza que las pandemias representan para la seguridad mundial. Reflexionando sobre las conclusiones del informe del grupo independiente de alto nivel del G20 sobre financiación de julio de 2021, una iniciativa clave que surgió fue la creación del Fondo Pandémico, establecido por el G20 a finales de 2022 para ayudar a cerrar la importante brecha de financiación externa necesaria para que los países de renta baja y media (PRMB) refuercen sus capacidades de prevención de pandemias y preparación proactiva.

Aunque el Fondo está aún en sus inicios, ha demostrado ser muy prometedor, ya que la demanda de sus subvenciones supera con creces los recursos disponibles. Sin embargo, hasta la fecha, sólo ha atraído 2.000 millones de dólares en promesas de contribuciones frente a un objetivo de 10.500 millones de dólares de necesidades anuales evaluadas, lo que equivale literalmente a unos céntimos o a un error de redondeo si se tienen en cuenta los billones de dólares de pérdidas económicas como consecuencia de la pandemia de COVID-19. La subvención adicional que el Fondo puede proporcionar es especialmente crucial para aquellos países que se enfrentan a graves restricciones fiscales y problemas de endeudamiento agravados por la recesión económica inducida por la pandemia. El Fondo de Lucha contra la Pandemia está preparando su estrategia a medio plazo y se espera que celebre una reunión de donantes a finales de año, coincidiendo con las reuniones del G20 en Brasil. Los actuales contribuyentes soberanos -empezando por el G7- pueden y deben comprometerse mucho más con el Fondo, mientras que más países, organizaciones filantrópicas y el sector privado deben unirse e invertir en este bien público mundial.

Financiación "día cero": financiación preestablecida y oportuna para hacer frente al aumento de la demanda

Además de invertir en preparación y prevención, la comunidad mundial debe dar prioridad a la financiación de día cero, que se refiere a la financiación que puede activarse al inicio de un brote mortal con potencial pandémico. La pronta y rápida liberación de la financiación es fundamental en la respuesta a una pandemia, ya que los retrasos pueden afectar significativamente a la eficacia de las intervenciones. Los retrasos en la compra de vacunas durante la COVID-19 fueron en parte responsables de la lentitud de su distribución en muchos PBI y PIM, lo que a su vez contribuyó a prolongar la pandemia y sus repercusiones sanitarias y económicas negativas, e incluso al desarrollo y propagación de variantes.

El diseño de cualquier futuro mecanismo de financiación de la pandemia debe basarse en las lecciones aprendidas de experiencias pasadas y en los principios de eficacia. A pesar de las muchas críticas justificables y de los defectos de diseño del Mecanismo de Financiación de Emergencia para Pandemias del Banco Mundial, que se creó en 2016 en respuesta a las lecciones aprendidas del ébola en África Occidental, sigue siendo hasta la fecha el único instrumento financiero a gran escala y preacordado a nivel soberano que se ha desarrollado para responder a graves acontecimientos epidémicos y pandémicos en los países receptores de la Asociación Internacional de Fomento del Banco Mundial. Su interrupción total en 2021 dejó un vacío en la arquitectura financiera para responder en términos de financiación preacordada. El análisis de las primeras fases realizado por el Centro para la Protección en Casos de Desastre sugiere que más del 85% de la financiación de la respuesta a epidemias en los últimos años se ha canalizado a través de instrumentos no dedicados específicamente a la respuesta a pandemias y epidemias ni preacordados antes de un brote.

En 2023, el comunicado de los Ministros de Sanidad del G7 hizo hincapié en la importancia de la financiación de emergencia y de hacer frente de forma proactiva al riesgo de futuras pandemias, con una propuesta de un nuevo enfoque financiero de tres niveles para la contención temprana de pandemias con el fin de desplegar fondos de forma rápida y eficaz sin acumular efectivo ocioso, similar a los mecanismos de financiación de catástrofes. Los líderes del G20 también han acordado que es necesario un mecanismo de financiación anticipada de los aumentos bruscos, y que 2024 es el momento de conseguirlo.

Sin embargo, para garantizar la eficacia de cualquier nuevo mecanismo de financiación de los aumentos repentinos, deben respetarse varios principios. En primer lugar, los fondos deben activarse pronto, idealmente en cuestión de días y semanas en lugar de meses, para poner en marcha medidas de respuesta temprana y reducir la transmisión. Este proceso de activación debería acordarse previamente entre los proveedores y los receptores de la financiación y podría asemejarse a mecanismos de activación similares utilizados en el sector de los seguros, que señalan la aparición de un evento epidémico y proporcionan pruebas de pérdida o transmisión sostenida. Estos desencadenantes deben ser indiscutibles, transparentes y fiables a largo plazo para ser una señal eficaz de respuesta temprana.

En segundo lugar, la creación de una base empírica es esencial para comprender y calcular el impacto de la financiación temprana e identificar las intervenciones mejor posicionadas, y es necesario seguir trabajando en este ámbito. Por último, está la diferencia entre compromisos y desembolsos: Los mecanismos de financiación de la respuesta sólo pueden ser viables si antes se establecen mecanismos y planes nacionales adecuados para retener y absorber la financiación dedicada a la respuesta. Es necesaria una mejor armonización en torno a condiciones fiables para la liberación anticipada de fondos, así como a las condiciones de activación y los mecanismos de coordinación entre los actores internacionales.

Revisar viejas herramientas, ampliar las nuevas

Para reforzar la financiación del riesgo de pandemia, los responsables políticos y financieros también deben garantizar que los instrumentos financieros existentes se adapten a su finalidad y se utilicen mejor, empezando por los bancos multilaterales de desarrollo (BMD). La preparación ante una pandemia debe ser una prioridad absoluta para la financiación de la Asociación Internacional de Fomento (AIF21) del Banco Mundial, que es la mayor fuente mundial de financiación en condiciones favorables para países de renta baja y pide a los donantes que contribuyan este año a la 21ª reposición, una cifra récord.

Para reforzar la financiación del riesgo de pandemia, los responsables políticos y financieros también deben garantizar que los instrumentos financieros existentes se adapten a su finalidad y se utilicen mejor, empezando por los bancos multilaterales de desarrollo (BMD). La preparación ante una pandemia debe ser una prioridad absoluta para la financiación de la Asociación Internacional de Fomento (AIF21) del Banco Mundial, que es la mayor fuente mundial de financiación en condiciones favorables para países de renta baja y pide a los donantes que contribuyan este año a la 21ª reposición, una cifra récord.

Referencia
Victoria Fan, Ruchir Agarwal, Nita K. Madhav, Cristina Stefan, Carolyn Reynolds, Lista de deberes de los líderes mundiales en 2024: Próximos pasos para garantizar la financiación de la pandemia, CDG