Este blog pertenece a la serie del Banco Mundial “Invertir en salud”. Invertir en salud desarrolla el capital humano y promueve una recuperación económica más rápida e integradora. Sostiene que avanzar en la cobertura sanitaria universal (CSU) elevando la financiación sanitaria en la agenda política y de políticas se convertirá en el elemento más importante para avanzar en los resultados sanitarios y económicos.
La realidad macrofiscal va a deteriorarse, limitando las dotaciones de gasto público. La última actualización del informe ” Del doble shock a la doble recuperación ” prevé que el gasto público en sanidad seguirá siendo menor que antes de la pandemia en el 23% de los 177 países estudiados y sólo aumentará marginalmente en el 39% de los países.
El Informe sobre el Gasto Sanitario Mundial 2022 de la Organización Mundial de la Salud ofreció un panorama prometedor de la respuesta de financiación sanitaria durante el inicio de la pandemia. En 2020, el gasto sanitario público per cápita aumentó en los países de renta baja y media-baja un impresionante 18,6% y 14,9%, respectivamente. La prioridad concedida a la sanidad en los presupuestos públicos aumentó en la mayoría de los países.
Los esfuerzos por ampliar el espacio fiscal para la sanidad deben ir de la mano de la garantía de que los acuerdos de financiación sanitaria cubran a las familias vulnerables. A principios de este año, Nigeria aprobó una ley que amplía la cobertura del seguro nacional de enfermedad a todos, incluyendo la subvención de otros 83 millones de personas vulnerables. Este es un ejemplo de una medida importante adoptada para proteger a las familias de las dificultades financieras mientras acceden a los servicios sanitarios.
Recomendaciones
- Dar prioridad presupuestaria a la sanidad, aplazando al mismo tiempo las áreas de gasto no críticas, es una política económica sensata.
- Gastar de forma eficiente y eficaz ayuda a que con menos se llegue más lejos.
- Diseñar políticas de financiación sanitaria equitativas que amplíen la cobertura sanitaria y mejoren la protección financiera de las familias vulnerables.
- Diseñar acuerdos de financiación sanitaria para lograr un impacto sostenible.
- Las asociaciones inclusivas entre los ministerios de finanzas y sanidad, y con la sociedad civil y los socios externos, facilitarían la movilización y optimización de los recursos.
